Adidas: un Mundial de fútbol para consolidarse en América Latina

2.000 millones de euros de ventas procedentes de la división de fútbol es la cifra récord que Adidas se ha marcado para 2014, año de la Copa del mundo de fútbol que tendrá lugar en Brasil del 12 de junio al 13 de julio de 2014, según palabras de Herbert Hainer, consejeros delegado del grupo, durante una rueda de prensa en la sede de la marca en Herzogenaurach (Alemania).

Patrocinador oficial del evento deportivo, Adidas vestirá a los árbitros y voluntarios durante la competición. Aunque lo principal es que la marca producirá y distribuirá el balón oficial del torneo, llamado Brazuca, y equipará a una docena de equipos (según los resultados de las calificaciones), entre los que destacan México y Argentina. Esta visibilidad debería contribuir a un aumento de las ventas del grupo de equipamiento deportivo alemán en América Latina, una región en la que el grupo realiza cerca de un 10% de sus 14.800 millones de euros de facturación. En los últimos diez años, las ventas de Adidas se han visto multiplicadas por diez en el continente latinoamericano hasta alcanzar en 2012 los 1.400 millones de euros, lo que hace de esta zona un mercado con un fuerte potencial de crecimiento para la marca de las tres bandas.

Adidas lanzará también una campaña de comunicación, “la más importante jamás llevada a cabo por Adidas”, subraya Herbert Hainer. Una campaña principalmente digital ya que en Brasil, con 200 millones de habitantes, 87 millones de los cuales utilizan las redes sociales con 30 millones inscritos en Facebook, explica Diogo Guimaraes, director de marketing de Adidas en Brasil.

Más particularmente, el torneo contribuirá a la consolidación de Adidas en Brasil, nación del fútbol por excelencia, cinco veces campeón del mundo, cuyo equipo nacional es patrocinado por el gran rival, el americano Nike.

Sin embargo, el Mundial podría verse afectado por las recientes protestas sociales que están sacudiendo el país. Desde hace algunos días, decenas de miles de brasileños salen a la calle para protestar contra el coste de vida, en particular, la subida de los precios del transporte público, cuando los gastos a los que deberá hacer frente el gobierno brasileño para organizar el Mundial está previsto que superen los 11.000 millones de euros.

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