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Asaja insta a Griñán a inteceder para evitar el cierre de la algodonera Blanca Paloma de Aznalcázar

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Europa Press
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23 jun. 2010

SEVILLA, 23 (EUROPA PRESS)-El presidente de Asaja-Sevilla y Asaja-Andalucía, Ricardo Serra, instó al presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, a realizar "todas" las gestiones posibles para permitir que la algodonera Blanca Paloma siga funcionando tal como lo hizo la pasada campaña, máxime cuando "el propio Ministerio de Medio Ambiente Medio rural y Marino (MARM) está dispuesto a rectificar la actual normativa excluyente si la Consejería de Agricultura de Andalucía se lo pide".




Así, en una nota, Asaja indicó que si la algodonera Blanca Paloma termina cerrando "no lo hará por la crisis o la mala gestión de sus directivos, sino única y exclusivamente por la desidia, la cerrazón o la mala fe de la consejera andaluza de Agricultura, Clara Aguilera", que ha optado, según indicó, "por plegarse a los intereses de un oligopolio que tras vivir durante años de las ayudas públicas se siente ahora molesto en el nuevo marco de libre mercado y quiere evitar cualquier atisbo de competencia".

De esta manera, aseguró que Andalucía "no se pude permitir el cierre de una sola empresa, y menos de las que son rentables y dan empleo sin depender del dinero público", como es el caso de la algodonera Blanca Paloma, una desmotadora que emplea a 30 trabajadores, que trabaja con más de cien empresas auxiliares y que ofrece sus servicios a 700 agricultores de la margen derecha del Guadalquivir (marisma de Sevilla y Huelva), "donde no opera ninguna otra desmotadora".

"Un capricho que roza la ilegalidad no se pude llevar por delante una empresa rentable", manifestó el presidente de Asaja-Sevilla y Asaja-Andalucía, Ricardo Serra, al presidente de la Junta de Andalucía,

El Real Decreto (R.D 169/2010) que regula las ayudas del programa nacional de reestructuración del sector algodonero incluye una disposición adicional por la que se impide desmotar algodón a aquellas plantas de desmotado que no hayan trabajado al menos tres de las cuatro últimas campañas, lo que crea "una situación artificial de oligopolio".

Asimismo, explicó que impide "no sólo que cualquier emprendedor pueda dedicarse a esta actividad, sino que también que la única desmotadora que funcionaba en la margen derecha del Guadalquivir y que daba servicio a más de 700 agricultores de las marismas de Sevilla y Huelva pueda operar, dado que Blanca Paloma es la única de las ocho desmotadoras que funcionaron el año pasado que no cumple el requisito de haber trabajado tres de las cuatro últimas campañas".

En este sentido, afirmó que "se trata a todas luces de un requisito que carece de toda lógica, y cuya única finalidad es la de evitar que esta desmotadora pueda operar", por lo que Asaja-Sevilla se ha puesto en contacto con el secretario de Estado del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Josep Puxeu, y con la secretaria general del Medio Rural, Alicia Villauriz, quienes "mostraron su disposición a permitir que Blanca Paloma siga funcionando si la Consejería Andaluza de Agricultura se lo pide".

Si bien, ante "las reiteradas negativas de esta última, Asaja-Sevilla se ve obligada a acudir directamente a la intercesión del presidente de la Junta de Andalucía", con la convicción de que Griñán, "en su deseo de evitar más paro y más ruina en el campo andaluz, hará las gestiones oportunas para evitar este cierre además de dramático para las 30 familias más directamente afectadas, innecesario, injusto e ilegal".

Asaja-Sevilla informó también de que ha iniciado una campaña de recogida de firmas entre los afectados y los vecinos de una de las comarcas "más deprimidas de Sevilla, con escasas alternativas de empleo y abocada a más paro y más emigración si finalmente se cierran las pocas empresas rentables que aún funcionan".

La desmotadora Blanca Paloma, la única que opera en la margen derecha del Guadalquivir, está ubicada en la localidad sevillana de Aznalcázar y recoge la producción de algodón de los más de 700 algodoneros que tienen sus explotaciones en un radio de poco más de 30 kilómetros en las comarcas sevillanas de la Marisma y el Aljarafe y la onubense del Condado de Huelva.

De esta manera, Asaja-Sevilla indicó que "si cierra Blanca Paloma estos agricultores se verán obligados, a partir de esta campaña, a enviar su algodón a más de cien kilómetros de sus fincas, a alguna de las desmotadoras de la Vega de Sevilla o del Bajo Guadalquivir, lo que supone un elevado coste económico y medioambiental".

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