Madrid - "Lo primero que hacemos al salir de casa es mirarnos al espejo para ver cómo estamos", dice Brunello Cucinelli en su empeño por explicar la importancia de la moda, un uso que "está en la esencia del ser humano" y "en la base" de las relaciones, argumenta el diseñador italiano.

Con su firma homónima, un referente del mercado del lujo en Italia, el diseñador ha conseguido llevar su gusto por el "estilo chic informal" a todo el mundo, un éxito que reside en el control de la calidad de la producción, ubicada íntegramente en Umbría (Italia) y de carácter artesanal.

"Hay que devolver la dignidad al trabajo artesano", expresa el creador en una entrevista con Efe Estilo durante su participación en la Feria Pitti Uomo (Florencia), la cita más importante del sector de la moda de hombre, celebrada la semana pasada en Florencia.

En ella ha presentado su visión del fondo de armario masculino para la próxima primavera/verano 2014, una propuesta que ha bautizado como "Teddy Boy" y donde da un giro hacia el estilo "british".

Con el "blazer" como protagonista indiscutible y una paleta de colores que nace en el rojo burdeos, pasa por el azul petróleo y acaba en el marrón tierra, todo ello alegrado con clásicos motivos de raya inglesa.

Este imaginario estilístico conlleva un pequeño giro en el lenguaje del diseñador, acostumbrado a una paleta más neutra: "Este año es muy importante la combinación de colores. Es necesario que la firma cambie cada seis meses, pero el estilo debe permanecer", añade este italiano, que se dio a conocer por sus exquisitos jerséis de cachemira.

"No puedo controlar lo que le va a gustar al consumidor, pero sí la calidad del proceso de realización de mis prendas", señala para sintetizar la filosofía de su firma.

A su juicio, el "blazer" es la pieza angular del fondo armario para hombre, y es que, explica, una misma chaqueta puede ser utilizada para comprar el periódico en fin de semana o para una importante reunión de negocios; en cada una de estas ocasiones cambiarán el pantalón y los accesorios, "pero permanecerá la chaqueta".

El pañuelo de la solapa es a los hombres "lo que para las mujeres es su bolso", porque define el estilo, explica el diseñador, mientras intercambia distintos trozos de tela de color en la solapa de su chaqueta a modo explicativo.

Este gesto retrata a la perfección a Cucinelli, apasionado en la conversación y de personalidad expansiva, y muy aficionado a la filosofía y la historia, dos elementos que intercala en la conversación siempre que puede: "Creo en el capitalismo, pero en un capitalismo moderno, contemporáneo, donde el ser humano sea el centro".

Así, lo que más disgusta a este diseñador es que la gente piense que ha podido "dañar" la dignidad de alguna persona durante el proceso de creación de cada una de sus piezas: "No quiero que la gente piense que, cuando he hecho mis prendas, he tenido que dañar la dignidad de algún ser humano; si es así, prefiero no hacerlo", asegura.

Cree que ha llegado el momento de que Europa recupere "la dignidad y la humanidad" del trabajo artesanal, porque es justo esta cualidad la que nos diferencia a nivel competitivo del resto de países emergentes.

"El mundo entero, en especial los asiáticos, están fascinados por Europa. Todo el mundo quiere beber champán francés, brandy español, llevar ropa de marcas europeas y tener un reloj suizo: estoy convencido de que lo mejor está por llegar", señala optimista.

Compara el desembarco de los productos asiáticos en el mercado textil europeo, con la llegada de nuevos productos como la patata o el tomate procedentes del Nuevo Mundo: todos ellos "simplemente reorganizaron" el mercado, indica a modo de ejemplo.

Así, no cree que el mercado de la moda europea esté en crisis, como afirman los expertos. Simplemente, es momento de "volver a los orígenes", y explica cómo su familia, de "origen muy humilde", tuvo que pasar guerras, una dictadura y muchas otras cosas. Entonces, "¿por qué deberíamos los europeos tener miedo del mundo?", advierte.

Él trata cada día de aportar su grano de arena. Los trabajadores de su industria están fuertemente integrados en la comunidad de la zona de Umbría, donde tiene una fundación que trata de difundir los principios humanistas y las artes, una labor que considera su obligada contribución a la sociedad.

"El más importante de los emperadores romanos, Marco Aurelio, dijo una vez que debemos vivir como si fuera el último día y planificar como si fuéramos a vivir siempre", asevera el diseñador.