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4 jul. 2013
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David Delfín, el joven que cumplió sus sueños de actor a través del diseño

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EFE
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4 jul. 2013

Santander - David Delfín se declara enamorado de un trabajo que desarrolla sin cortapisas, lo mismo dando forma a la botella de un vino que al vestuario de una película, y que le ha permitido cumplir sueños de una forma un tanto inesperada, pues al llegar a Madrid no pensaba ser diseñador, sino actor.

David Delfín (Ronda, Málaga, 1970) ha pasado su bautismo de fuego en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander como ponente en un curso de cinco días, ya que antes sólo había dado conferencias o charlas, a veces en universidades, pero "como máximo de dos horas".

Para este creador, la convivencia en el aula con una treintena de alumnos que atienden entregados a sus explicaciones está resultando "terapéutica".

Diseño de la colección Missing F/W 2013 de david Delfín | Foto: davidelfin.com


David Delfín ha contado en la UIMP cómo llegó al mundo de la moda, desgranando los procesos creativos y cómo se articula una colección, y hablando de la inspiración, de sus colaboraciones y proyectos o del panorama que afronta hoy un diseñador.

"Estoy como revisándolo todo y me está removiendo bastante y disfrutándolo mucho con los alumnos", explica a Efe.

Ante sí tiene un público heterogéneo, al que enseña su trabajo en distintas facetas: vestuario para cadenas hoteleras, ropa de cama, el interior de un pequeño hotel-bodega riojano, un coche, cajitas de caramelos, "set" de viaje para mascotas o botellas de vino.

Entre esas colaboraciones con sello David Delfín, habla a sus alumnos del vestuario de la compañía aérea de "Los amantes pasajeros", la última película de Pedro Almodóvar, un proyecto que le ha permitido cumplir un sueño: trabajar con el director de cine manchego.

Y es que David Delfín llegó a Madrid en 1989 con el propósito de ser actor, pero no ha sido hasta más de veinte años después cuando ha trabajado codo a codo con el cineasta. Eso sí, no interpretando sino "desde otro lado", algo que considera "alucinante".

El diseñador no se cierra a casi nada, aunque el escaparate de su carrera sea la moda, pues es un convencido de que la creatividad se gana en cualquier superficie.

Según apunta, se trata de una filosofía necesaria en este tiempo. "El hecho de colaborar también nos ayuda a sostener nuestra imagen en momentos tan complicados como los de ahora", manifiesta.

Pese a la crisis, David Delfín y su equipo están "contentos", pero también se han puesto las pilas con opciones como la tienda "online", cuyas ventas crecen, o la salida al exterior, que este creador ve "imprescindible".

"En nuestro caso, sinceramente no nos podemos quejar. Estamos en un buen momento. Y también hace falta lanzar mensajes positivos, porque a veces te da pudor cuando la situación es complicada y la gente lo está pasando mal", comenta.

David Delfín encuentra la inspiración casi en cualquier parte, picoteando de una frase, de una película o, incluso, de una mala experiencia, y ve las limitaciones como una ayuda, porque son "retos" que "vuelven a despertar el imaginario".

Él habla con conocimiento de causa, pues en sus proyectos ha tenido que bregar con ajustes de presupuesto, cambios de material a última hora o reticencias de quienes iban a lucir sus diseños.

Su gran reto es sacar un perfume y, como ensayo general, ya tiene en el mercado Perfume de Sonsierra, de David Delfín, un vino riojano con una botella y un empaquetado que evoca los frascos de fragancias clásicas, al estilo Dior o Yves Saint-Laurent.

"Llevo años. Lo lanzo por si alguien se da por aludido", bromea, antes de señalar que ya tiene ideas para su futuro perfume, aunque "parece que no es el momento".

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