Godfrey Deeny
26 sept. 2018
4 minutos
El escapismo se enfrenta al conservadurismo en Milán
Godfrey Deeny
26 sept. 2018
El escapismo estuvo presente entre algunos diseñadores de Milán durante esta temporada, contrastada con la obsesión por respetar el ADN de las casas de moda. Es como si los diseñadores quisieran olvidar la ola de nacionalismo que azota el país y la brutal nueva política anti inmigración del nuevo gobierno.
Nómadas globales, gitanos, viajeros crónicos y almas de la fiesta invadieron las pasarelas para las colecciones de primavera/verano 2019. Pocas modelos lucieron como si fueran a trabajar a algún lugar y las que llegaron a estar un poco más formales, parecía que estaban listas para escaparse a una terraza cerca a la playa.
Sin embargo, el conservadurismo reinó en una pequeña minoría de casas de moda.
MSGM
Para desconectarte de la realidad de forma seria estuvo MSGM. Su show titulado “Dream” tuvo como invitaciones una caja falsa de píldoras. Su poción mágica incluyó una mezcla de melatonina, triptófano y vitamina B6. Dentro de la caja hubo incluso una pequeña píldora azul y una blanca.
“La melatonina mejora la actividad onírica”, se leyó en el programa.
Vestidos que reflejan la psicodelia de madrugada con estampados de flores de la pradera; abrigos con densos motivos florales alpinos con leggins que les hacen juego; vestidos de gasa drapeados con una abertura a mitad del muslo. Todo con mini botas de vaquero, ya sea en plástico transparente o un estampado que decía “Dream”. Moda de fantasía para ir de fiesta.
Etro
Pese a que existen ciudades más burguesas que Milán, la capital de la moda y la finanza de Italia, esta metrópolis siempre ha tenido una debilidad por un estupendo estilo hippie elegante.
Este ha sido el caso de Etro en esta temporada con su colección “Pacific Zen”, que fusiona la cultura surf de California con los tonos hawaianos. Fue la manera ideal de celebrar los 50 años de esta casa de moda, que también tuvo una retrospectiva llamada “Paysley Generation” dentro de Mudec, el nuevo museo de moda de Milán.
La diseñadora Veronica Etro incluso hizo guiños a la historia japonesa con denims de calidad y sofisticados gráficos. Todo junto hizo un gran show, algo errático tal vez, pero con imágenes impresionantes.
La veterana modelo Tasha Tilburg hizo su vuelta a las pasarelas con un traje de seda con motivos de flor de hibisco, con un cordón en el pantalón y una espiguilla en la solapa. Encontramos a menudo pantalones y trajes de algodón emparejados con kimonos acolchados. Otras modelos usaron vestidos de noche oversized con tela de retales que incorporaban jacquards dorados y batiks nipones, con cuentas por todas partes. Muchas cargaron bolsos en telas a raya y denim japonés.
“El gozo solar de las tribus bohemias de Venecia”, dijo Verónica Etro, quien fue fuertemente aplaudida junto a su padre Gimmo.
“Estaba sentado tranquilamente tras bambalinas cuando ella me jaló”, afirmó Gimmo.
Salvatore Ferragamo
Este desfile marcó la segunda pasarela para Salvatore Ferragamo del diseñador Paul Andrew, un dotado diseñador de zapatos.
En términos de calzado, Andrew resaltó su increíble gama con pantuflas esculpidas con tacos en forma de patas de muebles, sandalias de rafia con plataformas biseladas y unas hermosas botas de cuero tejidas.
En términos de moda, Andrew creó la colección femenina y Guillaume Meilland la masculina. Andrew mostró faldas de cuero asimétricas, admirables vestidos pañuelo y algunas gabardinas de piel de cordero pulida.
Pese a que la vestimenta tuvo una gran calidad de ejecución, el resultado final tuvo una falta de energía. El hecho de respetar el ADN de una marca toscana de zapatos es una cosa, otra es dejar que eso sea una restricción.
Agnona
Los textiles italianos estuvieron en su mejor momento con Agnona, donde Edie Campbell abrió el desfile con una larga gabardina, camiseta amplia y pantalones largos en sepia mate, acompañados de gruesas zapatillas blancas. Un look que puede sentarle bien a muchas mujeres y no solamente a modelos, algo que es un punto primordial para la marca que tiene como lema la elegancia informal.
Chaquetas en cachemira en color trigo, gabardinas al revés en tonos marrones y cardigans en color kaki que llegaban hasta los talones daban un estilo muy relajado a la colección. Con una paleta de colores restringida y creando una bella silueta, el diseñador Simon Holloway produjo una gran cantidad de artículos.
Sin embargo, la Semana de la Moda de Milán pedía a gritos un manifiesto de moda más fuerte. La elegancia intemporal está muy bien, pero también seda un poco y no llega a ser muy seductora.
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