León, 17 abr (EFE).- El legado de la potente industria textil que acogió la comarca de Béjar (Salamanca) durante más de tres siglos justifica un nuevo incentivo turístico y cultural, si se recupera la arquitectura industrial y se destina para nuevos usos sociales de la zona.

Así lo ha afirmado a EFE el secretario de la Asociación Llámpara Patrimonio Industrial, Guillermo Rivilla Marugan, quien el sábado 17 de abril, Día Internacional del Patrimonio, imparte la conferencia titulada "El Patrimonio Industrial en la Comarca de Béjar" en el Museo de la Siderurgia y la Minería, en Sabero (León).

Tras inventariar el patrimonio industrial de la comarca de Béjar, declarada recientemente Reserva de la Biosfera por la Unesco, esta asociación ha propuesto a diferentes instituciones posibles mejoras y reutilizaciones de edificios abandonados, con el fin de incentivar la conservación patrimonial y el turismo en una zona que fue importante núcleo industrial en España hasta los años 70.

Una de las propuestas es la de recuperar una vieja almazara, en la localidad de San Esteban de la Sierra, para convertirla en sede de la Reserva de la Biosfera y centro de estudio e interpretación de la comarca.

Incluso una vieja fábrica de curtidos de Puerto de Béjar, en el entorno de la antigua estación de tren, podría ser un centro asociativo cultural donde establecer un vivero de empresas y revitalizar así una zona aquejada de creciente despoblación.

Para presentar estos bocetos, los miembros de Llámpara Patrimonio Industrial, en colaboración con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid, han reconstruido ciertos edificios de forma virtual, mediante una técnica fotogramétrica que permite realizar el vuelo de la estructura en tres dimensiones.

La asociación -formada en el 2003 por un grupo de historiadores, arquitectos, ingenieros industriales y geógrafos-, no sólo se ha centrado en edificios concretos, sino en la creación de itinerarios como la "Ruta de las Fábricas de Luz", ya que la comarca "está inundada de pequeñas centrales eléctricas", ha destacado Rivilla.

Este itinerario de senderismo, al igual que la "Ruta de las Fábricas Textiles" de Béjar, que recorre una quincena de factorías laneras y de tejidos, exhibiría al turista las doce centrales eléctricas de la comarca bejarana, "con inicio o final en Candelario", ha precisado el secretario de la asociación.

La idea prevé acondicionar los caminos y colocar paneles informativos didácticos, con el fin de documentar las fábricas e ilustrar su funcionamiento, aunque para ello se necesita el apoyo de las instituciones, ha explicado Rivilla.

Entre las propuestas de itinerarios de montaña, destaca una ruta cicloturista por las vías del tren que unió en el siglo XX las ciudades romanas de Astorga (León) y Mérida (Badajoz), por la Vía de la Plata, y que, a la espera de una posible reapertura, atraviesa la comarca bejarana entre matorrales y maleza.

Precisamente, el cierre de esta línea férrea en la década de los 80 precipitó el aislamiento de la comarca, cuyo patrimonio reside fen la arquitectura industrial, que forma un conjunto único en Castilla y León.

Además de las numerosas fábricas textiles e industrias chacineras que existen en las poblaciones de Béjar y Guijuelo, respectivamente, la comarca bejarana suma, junto a la de la Sierra de Francia, 266 construcciones inventariadas y catalogadas como patrimonio industrial.

Entre éstas destacan, como las más curiosas, 90 molinos de río, 26 almazaras, 17 molinos eléctricos, 15 hornos de cal, 12 pequeñas centrales eléctricas, otras 12 serrerías, cinco fábricas de alcohol y dos de gaseosa, así como numerosas fábricas de papel, de cera, de pipas y diversos apartaderos de lana, mataderos, tejeras, tenerías, herrerías y ferrerías, todas ellas edificaciones propias del periodo que transcurre entre los siglos XVII y XX y que componen un rico y variado patrimonio industrial.

Alberto Tapia