Gracias a la ubicación geográfica de Portugal, los productos comprados por la clientela francesa llegan a su destino más rápido a comparación con otros países como Turquía. Solo queda que los fabricantes portugueses seduzcan el mercado europeo. En el 2009, según las cifras suministradas por la aduana, las importaciones de textil francesas provenientes de Portugal bajaron en un año de 13% a 159 millones de euros. Este país llega a la posición número 11, justo antes de Tunes.

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Las importaciones que provienen de Turquía conocieron una baja que se eleva a los 241 millones. Según una compradora de un gran grupo francés de moda infantil, el mercado textil en Portugal, es equivalente al mercado turco desde el punto de vista que ofrecen los productos de base.

Su idea antes de ir a Modtissimo, el salón textil en Porto, que se llevo a cabo del 24 al 25 de febrero, fue de encontrar nuevos mercados en Europa del Oeste, con el fin de diversificar sus fuentes de aprovisionamiento. En promedio 30 a 40% de telas con las que trabajan son importadas desde los países turcos. “Quiero ensayar nuevas ideas, el tiempo de envío de un producto proveniente de Portugal es mucho más corto”. Un proveedor portugués puede generar un pedido en dos días, mientras que de Turquía le llevaría al menos una semana responderlo.

Después de dos días de búsqueda en el salón, ella no ha encontrado un nuevo proveedor con el cual comerciar por falta de precios competentes. “La calidad el material es muy buena, pero los costos son mucho más elevados de lo que yo me imaginaba” reflexiona.

Anna Vaz, Directora Comercial de la firma textil Riopele, culpabiliza al costo de fabricación “Portugal tiene telas de excelente calidad, pero pierde en términos de competitividad de otros mercados”, dice ella. Una camisa puede ser fabricada en Portugal por 7 euros, pero podemos encontrar esta misma en Marruecos a 3 euros. “La mayoría del material proviene de Tunes, Marruecos, Turquía o en Lituania. Si Portugal tuviera precios más atractivos, la confección se haría en Europa”, comenta. Su marca exporta 95% de productos, entre sus clientes están Burberry, Karen Millen, Hugo Boss, Max Mara y Zara.

La asistente general de la firma textil Lemar, Fatima Silva, cree que la competencia de Portugal con otros países, que tienen una mano de obra más barata, como China, es extremadamente injusta, y que las empresas del sector de ropa no pueden solamente pensar en los costos a corto plazo. Sin embargo, comparando el servicio en su globalidad, es mucho más interesante un buen proveedor y reducir las complicaciones posibles de una compra mal hecha, estima Fátima.

Ella dice que si resaltamos el problema que el mercado chino presenta a sus clientes, tales como la calidad, a veces menor, y el envío demorado de las mercancías, es preferible de escoger un proveedor en Europa. “Si usted es un cliente francés que pasa un pedido en China y los productos llegan con defectos, usted no podrá pedirles de hacer todo de nuevo. Si el pedido llega en retraso, el cliente deberá pagar una tarifa aérea, lo que es bastante costoso. Además que toca pagar el 100% de avance a China. Si cuenta los daños causados por todos estos problemas, usted se dará cuenta que era preferible escoger un proveedor de una calidad superior, y no solo uno que propone precios bajos” sostiene Fátima.

Por Flávia Pollo