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Un domingo por la mañana ocupado para Giorgio Armani
Giorgio Armani fue el encargado de clausurar la temporada de la moda de Milán con una exhibición cuidada y brillante y un desfile de moda desbordante de elegancia.
En cuanto Armani terminó su saludo final tras presentar tomó la colección Primavera/Verano 2019 de la línea que lleva su nombre, y después de posar junto a Cate Blanchett y Valeria Bruni Tedeschi, el diseñador cruzó la calle para asistir a una inauguración en Armani/Silos, su museo y centro de arte.
Una exposición de obras de Sarah Moon, la fotógrafa encargada de realizar las dos últimas campañas publicitarias de Giorgio Armani, que ha obtenido una gran acogida por parte de la crítica.
“Fue un placer trabajar con Sarah en nuestras sesiones de fotos, eso me dio la idea para esta exhibición. Pero, igual que para el resto, ha sido una verdadera revelación, ¡hay tanta creatividad!", se maravillaba Armani mientras recorría el espacio desfile.
Se trata de una gran exposición que recoge desde los primeros trabajos de Moon en los setenta hasta 2018, e incorpora algunas imágenes intensas de aves, arquitectura antigua y las nunca antes vistas fotos de baile inspiradas en Oskar Schlemmer, lo que ayudará a convertir Armani Silos en una visita obligada.
El propio desfile de moda de Armani fue una oda de los juegos de luz sobre la superficie de los tejidos y los estilismos. Confeccionados en múltiples tonos de lila, rosa, gris plateado y azul hielo. Armani presentó trajes pantalón y esmóquines recogidos a la cintura y pantalones ligeramente abullonados, y los combinó con gigantescas fedoras, turbantes e incluso mochilas diminutas con estampado de lagarto. Para la noche, propuso largos vestidos cruzados con pliegues y bordados brillantes. Todo era deslumbrante en esta colección bautizada The Shape of Color. Los estilismos eran esbeltos y alargados, creando un efecto de ensueño, un aspecto elegante, pero nunca tenso.
La atmósfera era alegre, reforzada por botines a juego y la banda sonora de funk electrónico Low Alpha Waves de Echoel.
Armani hizo su ovación, se deslizó hasta el foco de atención y regresó a la parte de atrás del escenario, con una sonrisa beatífica en su cara de 84 años. Después volvió a aparecer para hacerse fotos con su primera fila y dirigir después a un grupo de seguidores, amigos y familia hasta el Armani/Silos, situado al otro lado de la calle. Como siempre, el octogenario más trabajador de la península italiana.
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