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24 mar. 2020
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¿Cómo convive la solidaridad con el modelo capitalista en la crisis del coronavirus?

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24 mar. 2020

Un "tweet" de Juan Carlos Monedero, el que fuera co-fundador de Podemos, desataba la polémica en redes sociales el pasado 19 de marzo. Un mensaje en el que juzgaba las medidas del grupo Inditex ante la gestión de la crisis del coronavirus: "Me estremece que Inditex haya ganado más de 3000 millones y ahora esté dispuesto despedir a 25 000 trabajadores para que entre todos paguemos el 75% de su salario", acusó monedero. E Inditex no tardó en responder a través de su cuenta de Twitter @Zara_Care. "Es importante aclarar que Inditex ha anunciado que no va a hacer ningún ERTE en estos momentos, va a preservar todos los empleos y sufragar todos los salarios", afirmó la compañía, adjuntando la imagen de un comunicado oficial. El cruce de declaraciones, que podría haberse quedado en anécdota, no hizo más que poner de relieve la diversidad de opiniones a la hora de afrontar la pandemia, así como las dificultades a la hora de comunicar las iniciativas solidarias de las empresas en un sistema capitalista.


Envío de mascarillas de Inditex desde China - Europa Press



Polémicas aparte, la comunicación y la gestión de la crisis del coronavirus suponen un desafío para Gobierno, instituciones, empresas e individuos. La situación es desconocida para todos y, si algo ha quedado claro es que no estábamos preparados para hacer frente a una incertidumbre económica y sanitaria semejante. Tras el cierre generalizado de tiendas, tanto en el territorio nacional como en numerosos mercados internacionales, las empresas de moda españolas se han visto obligadas a enviar a sus empleados a casa y, en la mayoría de los casos, han decidido aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo a sus plantillas.

Una medida radical que, no obstante, se anuncia como un mal menor dada la situación. No se trata de despidos, sino de un parón temporal durante el que los empleados conservarán parte o totalidad de su remuneración, recibida en forma de prestación de desempleo cuyo pago es asumido por el Estado. De cara al final de la crisis, esta medida asegura que los trabajadores mantendrán su puesto de trabajo. En el sector de la moda, Desigual, Mango, Bimba y Lola, Adolfo Domínguez o El Ganso son algunas de las compañías que ya han anunciado este expediente.

El pasado 18 de marzo, la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmaba que la cifra de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo era "abrumadora". Por aquel entonces, el número de comunicación de suspensiones temporales de trabajo oscilaba entre 400 y 500 expedientes. No obstante, subrayando que la medida es posible gracias a la financiación pública, la Ministra lanzó una petición a las compañías nacionales: "Le pido a las grandes empresas españolas que hagan un esfuerzo. Lo peor es para los pequeños empresarios y los autónomos. Les pido que sean responsables en el uso de estos ERTE".

Por su parte, Inditex, que elevó su facturación un 8 % hasta 28 286 millones de euros en el ejercicio 2019, es, por el momento, uno de los grupos de moda que ha preferido aplazar la aplicación de un ERTE a su plantilla. "Solo si se mantuviera el cierre de tiendas más allá del 15 de abril, exclusivamente la plantilla de tiendas se podría acoger a esta medida que el Gobierno ha puesto a disposición de las empresas en esta situación excepcional para preservar y garantizar el empleo", comunicó la compañía fundada por Amancio Ortega el 19 de marzo, añadiendo que la empresa "complementaría la retribución hasta el 100 % salarial". Coincidiendo con la presentación de sus resultados financieros anuales el pasado 18 de marzo, el presidente de Inditex, Pablo Isla, dio órdenes de preservar el empleo como "objetivo prioritario de la compañía".

Fabricación de material sanitario: ¿deber social o gesto solidario?



En los últimos días, numerosas empresas nacionales e internacionales han puesto su producción y su logística al servicio de la lucha contra la pandemia. Iniciativas de carácter solidario que, al mismo tiempo, garantizan a las compañías el mantener parte de sus departamentos activos durante la crisis. Las propuestas son diversas y las necesidades de los servicios sanitarios, enormes.


LVMH emplea sus fábricas para la producción de geles hidroalcohólicos - AFP - Loic VENANCE



El grupo de lujo LVMH fue una de las primeras compañías en ponerse manos a la obra. El pasado 15 de marzo, el conglomerado anunció su iniciativa de comenzar a producir gel desinfectante en tres de sus plantas de perfumería y cosméticos en Francia para distribuirlo en los hospitales franceses. Una propuesta a la que no tardó en sumarse el grupo de perfumería con sede en Barcelona Puig, que ofreció al Gobierno español su capacidad de producción para la producción de soluciones hidroalcohólicas. Por su parte, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) indicó que "las principales compañías del sector, sean o no fabricantes de este tipo de productos, están transfiriendo de forma inmediata capacidades de producción de perfumes, tintes u otros productos con alcohol a la fabricación de soluciones hidroalcohólicas". El desarrollador de perfumería y cosmética Mixer & Pack ha sido la última empresa española del sector en sumarse a los proyectos solidarios, al comenzar a producir soluciones higienizantes en sus instalaciones de Meco (Madrid).

En el ámbito textil, numerosos diseñadores de la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) han prestado sus talleres o ellos mismos se han puesto directamente a producir mascarillas. Las grandes empresas, por su parte, han iniciado donaciones. En nuestro país, ya son más de 300 empresas, pertenecientes no solo a ACME, sino a FEDECON, AEGP, AMSE, ASEFMA y SFA las que se han puesto a disposición de las autoridades para responder a las necesidades. La ya mencionada LVMH anunció el pasado fin de semana que donará hasta 10 millones de mascarillas, valoradas en 5 millones de euros, a los hospitales franceses. Por su parte, el grupo de lujo Kering hizo público este 22 de marzo que los talleres de Yves Saint Laurent y de Balenciaga se pondrán a producir mascarillas para abastecer al sistema sanitario francés. Asimismo, la empresa contribuirá económicamente con el Instituto Francés de Investigación Pasteur, aunque la cifra no ha trascendido.

Entre las mayores aportaciones destacan la de Mango, que donará 2 millones de mascarillas a los hospitales españoles, o la de Inditex, que ha puesto toda su capacidad logística al servicio del Gobierno y garantizado el envío de 300 000 mascarillas procedentes de China. Por su parte, Tendam ya ha ofrecido 50 000 mascarillas a las autoridades sanitarias, a las que ha puesto a su disposición su red de aprovisionamiento; al tiempo que la compañía de moda infantil Mayoral ha adquirido 3000 equipos especiales de protección individual, 10 000 guantes y 20 000 mascarillas para ayudar en la lucha contra la pandemia.

En un plano más original, Pronovias ha lanzado la iniciativa de regalar vestidos de boda a las futuras novias del personal sanitario que se encuentran en primera línea de fuego contra el coronavirus; mientras que la firma de óptica Flamingo ha puesto en marcha una propuesta de financiación colectiva para producir 32 000 gafas protectoras o la marca Jimmy Lion ofrecerá calcetines al personal médico.


The Heroes Collection, de Pronovias - Pronovias Group



En Francia, algunas firmas como Ba&sh o Zadig & Voltaire han anunciado que donarán a los hospitales de París un porcentaje de las ventas online acumuladas durante estos días de confinamiento, iniciativas que no están exentas de dudas sobre la viabilidad y el interés de fomentar la compra online durante estos días, pensando en la seguridad y salud de los trabajadores del sector logístico. Sin ir más lejos, en algunos países, el gigante Amazon ya ha limitado sus envíos para privilegiar la distribución de artículos de higiene o primera necesidad. Asimismo, son numerosas las marcas que continúan activas a través de sus plataformas de venta online, pero que han decidido retomar el envío de pedidos una vez que la situación vuelva a la normalidad.

Solidaridad frente a servicios públicos



¿Pero qué ocurre cuando estas iniciativas de buena fe ocupan la atención mediática? ¿Están las empresas obligadas a responder a la crisis sanitaria o los individuos a participar en campañas de donaciones o de financiación colectiva? La respuesta generalizada invita a la cohesión social y a la solidaridad, pero el análisis sociológico es más crítico y señala directamente a las políticas sociales del Estado.

"Estamos dando demasiada importancia a la parte de voluntariado, ayuda de empresas o de países como China, o la parte individual de la gente cuando aplaude. Está muy bien, no me parece mal. Pero lo que esto pone de manifiesto es que en aquellos países donde hay una previsión o una buena sanidad, esto se resiste mejor que en aquellos lugares donde se ha privatizado o ha habido menor previsión acerca de una crisis que podía venir", reflexionó el filósofo bilbaíno Daniel Innerarity, en una entrevista por videollamada con el periodista Jordi Évole, emitida el pasado domingo 22 de marzo en La Sexta.

"Me parece que algunas personas quieren, interesadamente, que nos distraigamos, poniendo el foco en la solidaridad de las personas cuando aquí el debate no es ese. Por supuesto que las personas tenemos que ser todo lo generosas que sea posible, pero tenemos que procurar que haya un sistema, unos procedimientos, unas instituciones que cuiden de aquellos que lo necesitan más", explicó el pensador, subrayando la importancia de los estamentos públicos.

Y el Papa pide responsabilidades a las empresas



Unas ideas con las que también estuvo de acuerdo la filósofa barcelonesa Marcina Garcés. "Como en las crisis anteriores, estas estructuras están debilitadas, expoliadas y recortadas. Cuando esto es así, al final quienes dan la cara son los profesionales y las personas que trabajan día a día en esos contextos. En la crisis de 2008, quienes aguantaron los servicios públicos fueron los médicos, las enfermeras, los servicios sanitarios, maestros...", explicó durante su intervención en el programa "Lo de Évole". "Hay el peligro de folclorizar esta humanización de la crisis y acabar haciendo de las personas más desfavorecidas los héroes. Pero es la realidad: se nos deja en nuestras manos atravesar las catástrofes de la manera menos dañina posible. Y quien responde es el que más cerca está de la gente y el que está obligado a ir a trabajar", analizó.

Ante la pregunta sobre lo que puede hacer el sistema capitalista ante una situación como esta, el máximo representante de la Iglesia católica, el Papa Francisco dio una respuesta clara, "El sálvese quien pueda no es una solución. Una empresa que despide para salvarse no es una solución. En este momento, más que despedir hay que acoger y hacer sentir que hay una sociedad solidaria. Son los grandes gestos los que hacen falta ahora", concluyó el pontífice.

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