PEKÍN, 2 de abril de 2009 (AFP) – A pesar de la economía actual, la industria del lujo tiene perspectivas de crecimiento en China, donde la población rica triplicará en seis años, según un estudio de McKinsey & Company publicado el jueves, 2 de abril.

Shopping Mall Lane Crawford en Pekín - Foto : Emilie Kremer

En 2015, el gigante asiático contará con más de 4.4 millones de hogares clasificados entre los “ricos”, con respeto a 1.6 millones de familias urbanas cuyos salarios anuales son inferiores a 250,000 yuan (27,600 euros), según los criterios aplicados por la consultoría, los cuales han tenido en cuenta la paridad del poder adquisitivo.

“Las condiciones económicas mundiales de hoy frenarán los gastos incluso para los ricos. El consumidor rico en China también será afectado”, comentó Vinay Dixit, el co-autor del informe.

Así, China será la 4ª economía mundial en cuanto a la cantidad de individuales ricos, después de EEUU, Japón y Reino Unido.

“En un mercado tan explosivo, las costumbres de consumo pueden cambiar rápidamente” y las empresas del sector lujo “tienen mucha influencia en cuanto al gusto, costumbres vinculadas a las compras y la lealtad del consumidor”, subraya McKinsey.

El lujo es particularmente reciente en este país (el 55% de los interrogados comenzaron a comprar productos de lujo desde hace no más 4 años), y los consumidores ricos ellos mismos son jóvenes: el 80% tiene menos de 45 años, contra el 30% en EEUU y 19% en Japón.

Por otra parte, la evolución del consumo en los años recientes ha crecido de manera muy rápida: en cinco años, la venta de productos de moda ha aumentado por tres, la de vehículos de lujo por cinco, villas y apartamentos de alta gama por siete y los buenos whiskies por diez.

Además, la mayoría de las compras se efectuaban al extranjero hace unos años. Hoy, el 60% se hacen en China.
Por último, la repartición geográfica de la riqueza evoluciona, aunque haya una concentración de los hogares en las zonas desarrolladas e industrializadas del Este y del Sur.

McKinsey destaca el hecho que las compañías cuyo blanco concierne la clase alta tienden a aglomerarse en las ciudades más ricas: Shanghai y Pekín “donde existe ya una fuerte competencia”.

“Puede ser que subestimen la importancia de las ciudades más pequeñas”, sobre todo cuando “hay más ricos a Chengdu (sur oeste) que en Detroit, y la misma cantidad en Wenzhou (este) como en Atlanta.