Alber Elbaz se une a Tod’s

Alber Elbaz está de vuelta. El que es posiblemente el creador más querido del sector celebró su regreso parcial al planeta de la moda con una colección cápsula para Tod's.

Alber bautizó a la colección Happy Moments, inspirada en su turbulenta vida de los cuatro últimos años desde que fue dramáticamente despedido de Lanvin, según explicó en un emotivo discurso.

"Ha pasado ya tiempo. Cuatro años. Algunos momentos felices y otros no tanto. Pero así es la vida", manifestó Elbaz en un almuerzo italiano de tomates secos, mozzarella y fiambres al interior del Palais de Tokyo.

"Diego y yo compartimos un amor por la comida y por las chaquetas de doble pecho que no se pueden cerrar del todo", dijo Elbaz, legendario por su ingenio.

De ahí el nombre Tod's Happy Moments, donde la cara de Elbaz se asoma de la O en el logo. Entre las opciones, mocasines tendencia, mostrados en dibujos proyectados en la pared. Él también desarrolló un nuevo par blanco y negro unisex, diseñado para ser usado por un novio y una novia. Y zapatillas nuevas con suela más ergonómica.

"Dado el tráfico en los shows, tal vez las zapatillas sean los nuevos coches. Todo lo que quería hacer era cambiar las suelas en Tod's, no el alma de Tod's", bromeó Elbaz.

Della Valle introdujo a Elbaz de forma muy alegre. "Quiero presentar a un nuevo diseñador que descubrí hace un mes", afirmó.

"Hay muchas estrategias y marcas nuevas. Tratamos de hacer algo diferente, un nuevo concepto de divertirse con la moda, conceptos, diseño y marcas", añadió el multimillonario italiano, que inició este tipo de colaboraciones para la firma con Alessandro Dell'Acqua la temporada pasada.

Elbaz trabajó directamente en las fábricas de Tod’s en la región de Las Marcas, en el este italiano. "Italia es el único país del mundo donde se te permite trabajar junto a tu pareja si sales o te casas con ella. ¡En otros sitios te despiden!", indicó.

El dúo luego escenificó un nuevo anuncio de Tod’s con Elbaz ordenando alrededor del personal junior que consistía en bebés ejecutivos bailando en mocasines rojos, blancos y azules.

En un momento filosófico advirtió que después de almorzar y cenar con decenas de personas de la moda, encontró que muchos de ellos eran infelices.

"Por diferentes razones... Todo lo que hacemos es hacer felices a todos los demás, pero nosotros no lo somos. Somos la segunda piel del mundo y perdemos nuestra propia piel", aseguró a una sala repentinamente silenciosa.

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