Armani Privé muestra a un Giorgio veneciano en el París ecuestre

Armani Privé en versión veneciana, una explosión de tonos arcoíris de mano del maestro del no-color en una colección de Alta Costura ambientada en el París ecuestre. Esta temporada, Giorgio se ha decantado por un barroquismo poco habitual, muy alejado de su tradicional esquema ausente de color, un movimiento telegrafiado por su invitación con estampado de arlequín, que anunciaba a su vez una resplandeciente pasarela en los mismos tonos rosa, lima y malva claro. El diseñador es conocido por crear cajas negras para la mayoría de sus desfiles fuera de Milán.

Es agradable ver que en una temporada parisina que hace referencia a grandes íconos negros como Josephine Baker y Dorothy Dandridge, Giorgio ha incluido a más de una docena de modelos negras en su casting. El desfile se celebró en la Garde Républicaine, sede de un regimiento de caballería.

Su elemento clave para el día y las primeras horas de la noche fue el bolero, que pudimos ver en una serie de versiones con mangas cortadas al codo y confeccionadas en múltiples tejidos. En seda rosa con una superficie ondulante como el acero cortado a diamante; o un bolero acolchado de color menta sobre una blusa de seda verde espuma de mar; o una chaqueta rosa realizada en un estampado de mosaico.

Muchas chaquetas iban adornadas con bandas anchas de color negro que conferían un toque más dramático a la colección. La mayoría de los boleros se combinaban sobre pantalones de pinzas o pantalones de montar de seda, un viejo clásico de Armani.

Giorgio Armani añadió un toque de alta costura francesa con pequeños sombreros, boinas mini, gorras militares y piezas de malla.

Todo ello ante un front-row unificado en Armani. Allí estaban las hermanas Carla y Valeria Bruni Tedeschi sentadas una al lado de la otra en primera fila. Junto a ellas, Jean Todt, antiguo jefe de equipo de una escudería Ferrari campeona de Fórmula Uno, y su mujer, la actriz china Michelle Yeoh.

"Vine a la ciudad para buscar un vestido de Armani adecuado para los Oscar", bromeaba una chica.

Para la noche, Giorgio optó por vestidos columna de lentejuelas y vestidos dignos de estrellas de cine con incrustaciones de cristal, tan ajustados que las modelos avanzaban lentamente por la pasarela. Todos incluían diseños de rombos y los tonos sorbete de la pasarela.

"Los interiores rococó de los palazzos venecianos, es el esplendor de la luz, multiplicado por bordados extraordinarios, lo que crea las sensaciones más preciosas. Todo es ligero, impalpable y resplandeciente", explicaba el diseñador en sus notas del programa.

Como suele ser habitual en estos días, Armani se ganó una gran ovación al final del desfile, mientras se despedía entre decenas de modelos imponentes.

Es posible que después de los dos últimos desfiles estelares de Armani en Milán, este no haya sido tan espectacular. Aunque está claro que muchos de estos looks estarán presentes en la alfombra roja de los Oscar el mes que viene. Nada gusta más en Hollywood que un toque barroco.

No es de extrañar que Giorgio hiciera un saludo largo y eufórico.

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