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Ana Ibáñez
Publicado el
6 mar. 2023
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Balenciaga exhibe un desfile de sastrería y olvido

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
6 mar. 2023

Vimos mucha seguridad en el último desfile de Balenciaga el domingo por la mañana en París, con guardias apostados en la puerta de entrada del Carrousel du Louvre, en sus principales pasillos y en la entrada del sótano del evento. Era el primer desfile desde que la marca se vio envuelta en una crisis en diciembre, cuando la casa fue acusada de considerar la pornografía infantil en cierto modo artística. Las invitaciones (que imitaban a un patrón de sastre) se entregaron a principios de semana. Pero no se reveló la dirección exacta hasta la misma mañana del desfile.


Balenciaga Colección otoño 2023 en París - Balenciaga


Al ocupar sus sitios, los invitados descubrieron unas tarjetas con una declaración de tres párrafos del director creativo de la casa, Demna, en la que explicaba que sus padres habían contratado un sastre cuando tenía seis años para que le hiciera su primer traje. El último párrafo decía: "Durante los últimos dos meses he necesitado buscar refugio para mi amor por la moda e instintivamente lo encontré en el proceso de confeccionar ropa. Me recordó una vez más su asombroso poder para hacerme sentir feliz y expresarme de verdad".
 
El resultado fue una colección con demasiada sastrería y generalmente deconstruida, confeccionada en proporciones desafiantes y presentada casi en su totalidad sin logotipos. También fue un regreso a los primeros días de Demna, cuando lanzó su propia marca de moda Vetements en París, famosa por su mezcla de estilo urbano y volúmenes exagerados.

Un recordatorio del talento que tiene Demna como sastre es que su primer look hacía referencia al primero que diseñó a los seis años.  Esmóquines y blazers cruzados que parecen elaborados a partir de pantalones de hombre al revés, con la cintura como ribete. Abrigos de esmoquin voluminosos que terminaban en los tobillos. Magníficos abrigos Chesterfield, de nuevo con ribete en la cintura; y perneras extra añadidas, como en muchos otros looks. O llamativos trajes confeccionados con pantalón corto y chaqueta cruzada gigante para las mujeres.
 
Para la noche, propuso vestidos de cóctel en forma de burbuja, de nuevo cortados con cintura masculina; y varios vestidos florales plisados muy elegantes con bolsos a juego. Otras propuestas fueron siluetas de reloj de arena y capullo, una mezcla entre Demna y Balenciaga.
 
Los logotipos desaparecieron casi por completo, salvo alguna hebilla con una doble B en bolsos gigantes. Algunos bolsos se escondían bajo vestidos de seda envolventes. Un cambio bastante sorprendente si tenemos en cuenta que el éxito de Demna en Balenciaga ha estado marcada por los logotipos y potenciada por los accesorios.
 
Esta temporada, su gran idea para los pies fueron unas botas de motero con aires de caballero medieval. Donde, como algo casi excepcional, pudimos leer el nombre Balenciaga escrito en letra minúscula. Antes de un pase final lleno de vestidos Maid Marion elaborados con dramáticas sedas metálicas plateadas. El último look recibió un fuerte aplauso, pero no hubo pase final del elenco completo ni saludos por parte del diseñador.


Balenciaga Colección otoño 2023 en París - Balenciaga


El tema del que nadie quería hablar era, evidentemente, diciembre. Cuando una campaña publicitaria suya mostró a varios niños con muñecas maltratadas vestidas con ropa sadomasoquista y, lo que es más inquietante aún, una copia de un documento del Tribunal Supremo que dictaminaba que la fotografía erótica infantil era pornografía. Esto desató una tormenta de fuego dentro y fuera de internet, incluido un despiadado ataque de 15 minutos en Fox News dirigido por Tucker Carlson. Que no es exactamente un consumidor de Balenciaga, pero da igual. Además, en un ejemplo extremo de incompetencia absoluta en la gestión de la crisis, la casa intentó en un primer lugar responsabilizar al fotógrafo de la campaña (lo que desató una oleada de abusos en internet) y más tarde demandó a la productora. Lo que volvió a desatar la ira por la incapacidad de la casa para asumir la responsabilidad de sus propios actos.
 
Escenificado dentro de una enorme caja blanca, el desfile parecía estar a años luz del desfile anterior de Demna: un enorme campo embarrado donde nómadas desaliñados luchaban por volver a casa tras un conflicto.
 
Dicho esto, las conversaciones con los asistentes al desfile de hoy dejaron claro que la mayoría pensaba que Demna había sido injustamente el chivo expiatorio del desastre de relaciones públicas de su empresa. La mayoría estaba dispuesta a concederle el beneficio de la duda y creía que sólo se trataba de un error tonto de algún miembro de su equipo de comunicación.
 
Lo que deja patente la presión a la que está sometida la firma. Su jefe, Francois-Henri Pinault, director ejecutivo de Kering, recorrió la primera fila con sus dos altos cargos franceses pisándole los talones, saludando a decenas de redactores con una sonrisa en los labios. También había una enorme hilera de compradores en una sección, lo que indica que, al menos comercialmente, Balenciaga podría no estar en tan mala forma. Aunque los visitantes de la Semana de la Moda de Milán en febrero no pudieron evitar darse cuenta de lo vacía que estaba la tienda insignia de Balenciaga, incluso el sábado.
 
Entre bastidores, una veintena de críticos se reunían en torno a un Demna evidentemente frágil. Con más de 10 000 desfiles a cuestas, personalmente nunca antes había visto a un diseñador tan nervioso.
 
FashionNetwork.com preguntó a Demna cómo le había afectado todo el revuelo de diciembre. Demna respondió: "Bueno, empecé la colección en octubre, pero obviamente la situación afectó a mi forma de trabajar. Aquí es donde empezó todo el tema de la sastrería y la deconstrucción, algo para lo que nunca tengo tiempo para trabajar tanto. Pero la situación me confirmó que la idea de centrarme al 100 % en la ropa era acertada", respondió Demna, claramente alterado.
 
Segundos antes Pinault se había acercado a abrazar a Demna y le dijo: "Respira hondo".
 

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