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Brioni, de "La dolce vita" a James Bond

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EFE
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26 nov. 2012

Madrid - Anclado en un patrón clásico y apodado "el Ferrari de los trajes sastre", las prendas de la firma Brioni llevan siete décadas vistiendo a un público maduro de gran poder adquisitivo, pero su ingreso en el grupo PPR -junto a Gucci, Alexander McQueen o YSL- augura cambios y un giro hacia un público más juvenil.

Esta semana la firma italiana ha presentado en Madrid sus propuestas para la próxima temporada, trajes de tres piezas en tonos gris perla, blanco roto y azules océano, envejecido y turquesa se cambian de noche por esmóquines en atrevidos rojos y tradicionales blancos con camisas a juego.

La novedad de la colección es el "jardigan", la recuperación e interpretación de una de las primeras piezas de la firma, y que "combina el patrón de la chaqueta y el cárdigan", explica Carola Cogliati, representante de la firma.

El modelo "chaqueta pluma" es otra de las piezas claves para la próxima primavera, con un tejido que combina seda y algodón que hace de esta prenda una de las más ligeras -apenas 200 gramos- de las creadas por la firma en su fábrica de Abruzzo, donde cada uno de sus mil sastres emplea entre 30 y 35 horas en confeccionar cada pieza.

El diseño de esta firma italiana cautivó desde su fundación a lo más granado de la sociedad italiana, pero también a Cary Grant, Gary Cooper, Rock Hudson o Clark Gable, estrellas que rodaron en los estudios de Cine Cittá a la llamada del esplendor de la Roma de los cincuenta.



Colección Otoño - Invierno 2012-2013. Foto: Brioni Facebook


Transformado en un Hollywood europeo, este periodo pasaría a la posteridad como "Los años de la Dolce Vita", y aparece retratado hasta el 6 de enero en una exposición de fotografía en Madrid, en la que Brioni cuenta con su propio apartado.

La relación de la firma con el "star system" hollywoodiense no quedó ahí; James Bond, el más british de todos los agentes secretos, no pudo resistir a los encantos italianos de esta firma y durante cinco películas fue su sastre, aunque recientemente lo dejó por el moderno Tom Ford.

Desde "Goldeneye" (1995) hasta "Casino Royale" (2006), el armario del agente 007 solo aceptó trajes de etiqueta Brioni, y es que su responsable de vestuario, Lindy Hemming, consideraba entonces la elección de los trajes como fundamental: "Es importante saber elegirlos bien. Hay que garantizar que podrán verse durante años" sin que resulten ridículos, afirmaba.

Bond se pasó a Tom Ford y la firma no quiere que suceda lo mismo con el resto de sus clientes, por lo que ha decido contratar al diseñador irlandés Brendan Mullane para que traiga nuevos aire a la firma y cautive de nuevo a un público maduro, pero también a sus hijos, explican desde la compañía.

Mullane viene avalado por su trabajo en Givenchy, Burberry, Louis Vuitton y Alexander McQuenn, y tiene una ardua tarea por delante, la de convertir este clásico entre los clásicos, en el objeto de deseo de los jóvenes.

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