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Diana León Banda
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30 sept. 2021
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Charles de Vilmorin debuta en Rochas con moda yuxtapuesta

Traducido por
Diana León Banda
Publicado el
30 sept. 2021

El gran debut de esta temporada en París fue el de Charles de Vilmorin en Rochas. El actual “enfant terrible” de la moda francesa debutó este miércoles con una impactante declaración, en la que cada conjunto parecía radicalmente yuxtapuesto.


Rochas - Primavera/ Verano 2022 - París - Foto: Cortesía de Rochas


Estuvieron presentes grandes nombres de la moda, desde Jean-Charles de Castelbajac hasta Anna Wintour. Todos se agolparon en tres salones dorados del Hotel Mona Bismarck, situado en un tramo muy transitado del Sena, frente a la Torre Eiffel. En el exterior, los centenares de fotógrafos callejeros y fans casi se desbordan en el tráfico.
 
Ayuda el hecho de que Charles provenga de la realeza creativa francesa: su tía abuela era Louis de Vilmorin, una afamada dama de las letras y compañera de André Malraux, el primer ministro de Cultura en el mundo.

Hay algo de la Francia histórica en el modo de Vilmorin: castillos góticos, surrealismo oscuro, películas de Jean Cocteau y psicodelia de los 60. Charles sería el doble de Miles Davies con Saint Laurent, pero en ácido.


Rochas - Primavera/ Verano 2022 - París - Foto: Cortesía de Rochas


De Vilmorin es un artista e ilustrador de talento innato, lo que se pone de manifiesto una vez más en su invitación, una serie curvilínea de detallados trazos de bolígrafo que muestra un piano, un taburete y flores silvestres. Más aún en la forma brillante en que hizo suyo el lugar, pintando todas las ventanas de la planta baja de la mansión con sus bocetos de voluptuosas amazonas.
 
Había mucho que admirar en esta primera colección de pasarela. Sus anteriores colecciones para su marca homónima fueron todas en presentaciones y vídeos.


Rochas - Primavera/ Verano 2022 - París - Foto: Cortesía de Rochas


En Rochas, abrió con una camisa militar de cuero con hombros recortados, llevada sobre una falda plisada de oropel y botas piratas doradas; y luego con un vestido medieval de cuero con cordones, llevado sobre una camisa blanca y anclado con botas rojas y amarillas de biomorfismo.
 
Las raíces de sus ideas son ciertamente grandiosas, pero el resultado es muy groovy. Aunque es la quintaesencia de lo francés, si recuerda a alguien es probablemente a Vivienne Westwood.
 
El gran truco de De Vilormin fue colocar tul rígido a lo largo de múltiples mangas, hombros y adornos, casi como aletas de pez. Esto añadía otro elemento mundano a los vestidos cóctel metálicos, a los tops ajustados a la forma o a las damas con vestidos plisados.
 
Sus looks más bonitos fueron los vestidos de popelín blanco y las camisas masculinas, en un desfile parcialmente mixto, rematados con sus fantasmagóricos bocetos.
 
La colaboración con la estilista Camille Bideau Waddington aportó un toque de glamour funky. Lo cual era necesario, ya que si la colección tenía algún defecto evidente era que se parecía demasiado a sus ideas anteriores para su propia casa.
 
Pero de Vilmorin es joven, aún tiene veintitantos años, y tiene muchas ideas en la cabeza. Es de esperar que su carrera se dispare, así de bueno es.

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