Eva Gracia Morales
22 jul. 2022
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El Corte Inglés celebra su primera junta con Mutua y busca limitar su gasto en energía con un acuerdo estratégico
Eva Gracia Morales
22 jul. 2022
El Corte Inglés ha iniciado este viernes 22 de julio una nueva etapa al celebrar su primera junta general de accionistas con Ignacio Garralda, presidente del grupo Mutua, como consejero. En la reunión, que ha tenido lugar en Madrid, se han aprobado por unanimidad todas las propuestas del Consejo de Administración.
Así, el grupo de grandes almacenes ha dado luz verde a sus cuentas anuales del ejercicio 2021, a su informe de gestión, al informe no financiero y a la propuesta de aplicación de resultados. En el último año fiscal completo, cerrado el pasado 28 de febrero, la compañía volvió a beneficios (120 millones de euros de beneficio neto consolidado) tras aumentar su facturación un 22 %, hasta los 12 508 millones de euros.
“El ejercicio 2021 ha sido el año de vuelta a los beneficios y de una fuerte reducción de la deuda; un año en el que todas las líneas de negocio han tenido una evolución positiva y en el que hemos iniciado acciones trascendentes para hacer más eficiente la compañía”, en palabras de la presidenta del conglomerado, Marta Álvarez.
La cita ha contado por primera vez con la presencia del presidente de Mutua, Ignacio Garralda, en calidad de consejero, ya que el acuerdo entre ambas partes se hizo efectivo el pasado mes de mayo y se tradujo en la entrada de la compañía asegurada en el accionariado de El Corte Inglés con un 8 % del capital. Asimismo, cabe recordar que Mutua adquirió el 51 % de Seguros El Corte Inglés.
La junta también ha ratificado a Javier Rodríguez-Arias como consejero del grupo, si bien su nombramiento se había producido previamente por cooptación.
En lo que va de 2022 (en el caso del grupo de distribución, cuatro meses completos de su ejercicio, de marzo a junio), la compañía informa de que ha registrado “unas ventas y unos resultados por encima de los obtenidos en el periodo equivalente de 2019”, lo que la sitúa en la senda de la recuperación y de superar las ventas prepandemia. "Es la confirmación de que vamos por la senda correcta, de que estamos consiguiendo nuestros objetivos. De que estamos construyendo El Corte Inglés del futuro", en palabras de Marta Álvarez.
En este mismo periodo, varios hitos han marcado la actividad de El Corte Inglés en términos corporativos. Por un lado, a finales de marzo la compañía anunció la salida de Víctor del Pozo como consejero delegado (quien se marchó a petición propia y por razones personales) y la creación de una comisión ejecutiva integrada por la presidenta, dos consejeros (José Ramón de Hoces Íñiguez y Javier Rodríguez-Arias Ambrosini) y dos directores generales (José María Folache y Santiago Bau).
Recientemente, el grupo selló un acuerdo con su accionista Primefin, sociedad controlada por el jeque catarí Al Thani, para comprar la mitad de su participación, que hasta el momento era del 11,07 %.
Objetivo: limitar el gasto en energía
En paralelo a la celebración de su junta de accionistas, El Corte Inglés ha cerrado un contrato de energía a largo plazo con el fondo israelí Noy Fund. Se trata de un acuerdo estratégico con el que el grupo busca asegurarse un precio de la electricidad inferior al del mercado, según avanza el diario El Confidencial.
El precio acordado por El Corte Inglés es de unos 50 euros por megavatio y se contempla también que Noy Fund suministre 350 gigavatios de electricidad al grupo durante los próximos cinco años (un tercio del consumo energético anual de la empresa, como detalla el citado medio).
Además, la compañía estaría buscando sellar otro acuerdo similar con otro proveedor para nueve años y así asegurar hasta un 70 % de su consumo eléctrico. La electricidad es un coste fijo para El Corte Inglés que, el pasado 2021, impactó en su cuenta de resultados en unos 100 millones de euros. La previsión para este 2022 era de 180 millones de euros, en un contexto en el que los precios de la electricidad continúan al alza. La compañía emplea fuentes de energía renovables en un 95 % de su suministro.
Noy Fund, fondo de capital de riesgo israelí, se fundó en 2011 y entró en España en 2020 con la compra de dos placas fotovoltaicas en la provincia de Cuenca, con una potencia de más de 400 megavatios.
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