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El "enfant terrible" de la moda presenta una colección inspirada en Diógenes

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EFE
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21 feb. 2011

Concha Carrón y Carmen Martín

Madrid, 20 feb (EFE).- "Dyogenes Syndrome", la anárquica colección presentada por David Delfín para la próxima temporada, no defraudó en la tercera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week, en la que también destacaron la "coherente" propuesta de Ana Locking y el desigual repertorio de Juanjo Oliva.



David Delfín

p>Con un escenario decorado por el artista Christian Boltanski para recrear una gran montaña de ropa usada, en alusión al síndrome de Diógenes, David Delfín, considerado el "enfant terrible" de la moda hispana, presentó una línea de ropa repleta de prendas superpuestas para reflejar "la sobrecarga de pensamientos y emociones" del momento actual.

Con un toque retrofuturista, el diseñador español aligera la silueta con prendas ligeras llenas de detalles que sugieren superposiciones, como sus americanas realizadas en fieltro mezclado con raso.

Partiendo del blanco, el gris y el negro, Delfín crea vestidos, trajes de chaqueta y pantalones diurnos, mientras que para la noche reserva el azul eléctrico y el verde pradera.

El desfile de Ana Locking demostró que la diseñadora es consecuente con su trayectoria, con una colección marcada por la desestructura en los patrones y la mezcla de colores, en la que la creadora juega al contraste.

Vestidos largos y cortos, prendas lisas y plisadas, ceñidas y con volumen, claras y oscuras; todos estos elementos se mezclan en la línea del próximo otoño-invierno de Ana Locking, que va de lo sobrio a lo excesivo.

Prendas ceñidas, hombros muy marcados y un tacón de aguja infinito sobre un zapato tricolor son las apuestas de la diseñadora, pero también las prendas sueltas plisadas, como las faldas -corta y larga- para vestir a un hombre muy contemporáneo.

Juanjo Oliva presentó una colección desigual, en la que el tejido fetiche ha sido el tweed de lana en naranjas y tierras, con el que el madrileño confecciona estructuras muy armadas en chaquetas, faldas, abrigos y capas de gran volumen.

La capa la utiliza como prenda central para dar forma a abrigos y vestidos que esconden, en ocasiones, los brazos, aunque los mayores aplausos de la colección se han oído en sus sinuosos vestidos de noche, en turquesa, negro y mostaza.

Javier Larraínzar propone un look muy urbano, "chic y femenino", en el que combina tejidos rudos, como el tweed, con otros sofisticados, como el terciopelo, en chaquetas, vestidos y abrigos en general muy cortos y con algún "guiño" largo.

El diseñador se atreve en su repertorio con un toque peletero, al incluir en sus chaquetas zorro y visón, en una colección en la que, según sus palabras, vuelve al concepto antiguo de sastrería, como demuestra el punto final de su desfile: un traje de novia de flores bordadas compuesto de chaqueta y falda.

La propuesta de los hermanos Ailanto arranca de un "collage" de texturas y tonos que recrean un efecto tridimensional a partir de bordados, mezcla de encajes y pequeñas perforaciones coloreadas con acuarela.

Muy invernal llegó Kina Fernández a la pasarela, con una línea de ropa inspirada en las frías ciudades del norte de Europa.



Kina Fernández

Las propuestas nacieron de un laborioso trabajo con la lana, un material que la diseñadora utiliza con acabados tan distintos como la alpaca, el mohair o el cashmere, y en la que el "capricho" son las capas y los detalles ornamentales.

Andrés Sardá será el encargado de ambientar mañana, desde primera hora, la cita de la moda con Madrid con sus llamativos conjuntos de lencería, en una jornada en la que también se conocerán las propuestas de Alma Aguilar, Miguel Palacio, TCN, Sita Murt y Adolfo Domínguez. EFE

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