Por
EFE
Publicado el
27 mar. 2009
Tiempo de lectura
3 minutos
Descargar
Descargar el artículo
Imprimir
Tamaño del texto

El "made in China" pone en peligro a la babucha

Por
EFE
Publicado el
27 mar. 2009

Rabat, 27 mar (EFE).- Tras hacerse con el mercado occidental, la producción china lucha por adentrarse en otros rincones del planeta como Marruecos, donde los sucedáneos de plástico amenazan con borrar del mapa uno de los emblemas nacionales: la babucha.



Aunque los primeros contenedores de mercancía china llegaron al reino alauí hace ya algunos años, el fenómeno ha terminado por estallar en los últimos meses, con la entrada de las primeras babuchas a bajo coste, imitación del producto artesanal nacional.

Fez es la capital de la artesanía marroquí y el lugar de origen de la mayor parte de las babuchas que se venden en el país, y, como tal, es la principal afectada por los sucedáneos asiáticos.

El presidente de la Cámara de Artesanía de Fez, Mohamed Thaifa, explicó a Efe que "hay una inmensa diferencia entre ambos productos, ya que el chino puede tener efectos nocivos sobre la salud por los componentes que utiliza y, después de dos horas de utilizarlas, las babuchas asiáticas desprenden un olor muy desagradable".

Thaifa reconoció que "la crisis mundial ha llevado a todo el mundo a apretarse el bolsillo y, si es más barato, se vende mejor, a pesar de la mala calidad", por lo que la situación comienza a resultar "inquietante" para la economía marroquí, pese a que no existen datos concretos sobre la repercusión de esta competencia.

Abdelmalek Lamnauar es vendedor de babuchas en la medina de Rabat y defiende su negocio por la buena calidad de las pieles que ofrece, pero admite que, como cliente, "si tuviera que elegir entre un par de peor calidad y otro mejor y más caro, optaría por el barato".

Puesto que éste es el sentir general, el Ministerio de Turismo y Artesanía y la Federación de Cámaras de Artesanía han decidido intervenir "para frenar la competencia desleal del comercio chino, que afecta a artesanos y comerciantes, para defender el producto tradicional de buena calidad, de piel", explicó Thaifa.

"La semana que viene nos reuniremos para seguir definiendo la estrategia de choque, pero el procedimiento será aumentar el impuesto aduanero para las babuchas chinas, que se venden a los comerciantes por toneladas, y no por pares, como sucede con el producto nacional", indicó.

Al minorista, un par procedente de China le cuesta unos 2 dirham (23 centavos de dólar) porque se fabrica industrialmente, y puede venderlo después por 15 dirham (menos de 1,8 dólares) y obtener un gran margen de beneficio.

En cambio, las babuchas de piel fabricadas en Marruecos cuestan al cliente un mínimo de 50 o 60 dirham (alrededor de entre 6 y 7 dólares), porque un artesano sólo puede hacer entre 4 y 5 pares diarios, pero su precio puede ascender hasta los 400 dirham (casi 48 dólares).

Por este motivo, a juicio del presidente de la Cámara de Artesanía de Fez, "la única solución es que el 'made in China' se venda por pares, y no por kilos, y aumentar su coste con suficientes tasas para que el precio de partida sea el mismo que el de las babuchas marroquíes".

No obstante, ante la aparición de esta modalidad de calzado asiático, el sector privado marroquí ya se ha visto obligado a reaccionar y lanzar a su vez un sucedáneo de precio reducido y producción industrial, que el Gobierno también pretende erradicar.

Rachid Ben Larbi asegura que en su puesto de la capital no tiene babuchas chinas y prácticamente pone la mano en el fuego por que "en toda la medina de Rabat nadie las vende, ésas sólo están en Casablanca".

"Nuestra mercancía viene toda de Fez", afirmó a Efe, y "quienes venden calzado chino lo dicen abiertamente, porque su precio y calidad los delatan".

Sin embargo, muchos comerciantes del zoco venden, sin saberlo, babuchas de plástico que han adquirido en Fez y que proceden en realidad de China.

Si el comercio asiático proliferase, muchos artesanos perderían no sólo su trabajo, sino su forma de vida. No obstante, las autoridades y los miembros del sector, como Thaifa, no contemplan esta opción y sentencian firmes: "Vamos a parar este fenómeno". EFE

Alejandra Linares-Rivas

© EFE 2024. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.