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El textil sirio da puntadas para salir a flote

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EFE
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4 feb. 2014

Beirut - La antes floreciente industria textil siria lucha puntada a puntada para mantenerse en un país inmerso en un conflicto bélico, donde los empresarios han reinventado su manera de trabajar para adaptarse a una economía de guerra.

"Podría dedicarme a dar conferencias sobre cómo nos las apañamos para seguir funcionando. Ahora somos más creativos", bromea en declaraciones a Efe el vicepresidente de la Asociación Siria de Exportadores de Textiles y Ropa (STAGEA, en sus siglas en inglés), Mohamed Taki Edin.

Taki Edin ha acudido al Líbano junto a noventa dueños de compañías del sector para participar en la II edición de la feria Syriamod, que en los últimos tres días se ha celebrado en el hotel Fenicia de Beirut.

Ropa infantil y lencería han copado los expositores de esta muestra, en la que la mayoría de los clientes provenía de otros países árabes, sobre todo del golfo Pérsico.

La marca siria Zelhof y Sayegh forma parte de la asociación STAGEA | Foto: Zelhof y Sayegh

Antes del inicio del conflicto, en marzo de 2011, el textil empleaba al 40 % de la mano de obra siria. Ahora, entre el 60 y el 70 % de las compañías han sido destruidas o han suspendido sus actividades, mientras que el volumen del ventas ha caído un 50 %.

Por motivos de seguridad, la mayoría de las empresas que quedan han abandonado las grandes fábricas y han dividido su producción en varias localizaciones con instalaciones más pequeñas.

"Además, se trabaja con cantidades menores por los problemas de transporte porque, por ejemplo, en Al Hasaka se ubican los cultivos de algodón, mientras que las compañías de hilado están en Latakia e Idleb, en el este, y es difícil moverse por el país", agrega Taki Edin.

Los gemelos Yauad y Yihad Zayat, propietarios de la firma de ropa infantil Flip Flap, explican a Efe que han trasladado su fábrica en dos ocasiones.

"Al principio estábamos en Harasta (al noreste de Damasco), pero se convirtió en una ciudad fantasma y ahora está tomada por el Ejército", apunta Yauad.

De Harasta se mudaron a Sahnaya, al sur de la capital, pero tardaban entre dos y tres horas en llegar desde Damasco por los numerosos puestos de control, hasta que decidieron reubicarse en el distrito damasceno de Sinaa.

Los obstáculos no cesaron allí, porque "a veces hay cortes de electricidad, las carreteras no son seguras y los trabajadores no siempre pueden llegar al trabajo. Ya no podemos hacer tres turnos en la fábrica, aunque hay empleados que duermen en ella", dice Yauad.

La mayor parte de la industria se concentra en Damasco y Alepo, aunque en esta segunda localidad, la mayor del norte de Siria, se ha resentido especialmente por los combates.

"Alepo antes era conocida como la China de Oriente", recuerda Yihad, que asegura que de las 250 empresas de teñido de textiles que existían antiguamente allí solo funcionan veinte.

Flip Flap ha aumentado por cinco veces sus beneficios en un contexto de subida generalizada de precios y por la caída de la libra siria, lo que ha favorecido la exportación, afirma Yihad.

Mohamed Jair Zibad, dueño de la empresa de lencería Rawan, ve claro que el futuro está en el exterior: "Dentro de Siria vendemos el 15 % de nuestra producción, el resto fuera", sobre todo a países árabes.

Al igual que sus compañeros, Zibad tuvo que adaptarse a los tiempos de guerra, ya que su fábrica de Al Qabun, en el sur de Damasco, fue tomada por "los revolucionarios", lamenta con una risa burlona.

"Esos 'revolucionarios' se quedaron con el edificio y todo el equipamiento de su interior, no he vuelto más allí -rememora-. Con los pocos ahorros que tenía reabrí el negocio en Al Salehiya", en la capital.

Hay quienes han visto la oportunidad de hacer negocio, pese al conflicto, como Amyad Tayar, director de la firma de lencería Tema Ladies.

Hace dos años, Tayar, que tiene su compañía en Emiratos Árabes Unidos, abrió una filial en su pueblo natal, Safita, en la provincia costera de Tartús. "Es más barato producir en Siria, los salarios son más bajos y no se pagan demasiados impuestos", indica.

Consciente de la importancia de que la economía siga funcionando, el Gobierno sirio apoya el sector con respaldo logístico y exenciones de impuestos a la exportación. Además, promueve ferias como SyriaMod cubriendo una parte importante de los gastos.

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