Etro: un verano exótico entre lo femenino y lo masculino

Por:

Dominique Muret

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ

Publicado el
22 sept. 2019

Muchos espacios infinitos y horizontes lejanos en Etro, que instaló el viernes en el patio neoclásico del Conservatorio de Milán tres grandes globos aerostáticos. Una invitación a viajar para aventureros aristocráticos ansiosos por extender el verano al ritmo sincopado de unas vacaciones locas que terminan al amanecer en una playa de arena.
 

Aunque Veronica Etro aún cultiva una gran pasión por las telas preciosas y las mezclas de culturas, destacando las técnicas artesanales ancestrales, esta temporada se ha orientado hacia un estilo decididamente más sexy y glamuroso con mini vestidos de manga larga con volantes y escotes pronunciados. .
 
Estas atractivas adiciones recuerdan el estilo extravagante de Roberto Cavalli, con grandes vestidos vaporosos de gitana, blusas adornadas con nudos y volantes y túnicas fluidas con estampados rojizos. 

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Del lado de la lencería, la mujer Etro también lleva tops con tirantes finos, bragas fluidas y combinaciones de seda divididas, locamente sensual. Pero nunca está tan sexy como cuando se viste con una simple camisa masculina, o incluso una sola chaqueta, especialmente si es de terciopelo verde oscuro, adoptando el estilo de una chaqueta de dormitorio que da un tono exótico con sus estampados de tapiz y mangas de kimono.

 

Este lado hiperfemenino está contrarrestado por elementos masculinos, como la camisa que es justamente una reedición del primer modelo creado por el fundador de la casa Gimmo Etro, el GE01, relanzada para la ocasión. La marca también ofrece trajes de hombre para el próximo verano, mientras que las modelos los llevan con looks de pirata, con botas grandes, cinturón y la cabeza cubierta con un turbante o un sombrero con bordes anchos.

El espíritu étnico bohemio de los años 70 atraviesa la colección con vestidos de algodón ligero completamente adornados con bordados, flecos metálicos e hilos de perlas, así como caftanes propuestos en patchwork de seda estampada, donde domina el paisley, un estampado icónico de la casa, decoraciones ikat indonesias o rayas bereberes. Este guardarropa lo completan los pequeños chalecos de bolero bordados y bolsos con flecos, así como los mantones tejidos a mano para colocar sobre los hombros como un chal.