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Hermès, 175 años de matrimonio entre artesanía y diseño

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EFE
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2 may. 2012

MADRID - Hermès cumple 175 años y lo hace rebosante de orgullo por seguir fiel al espíritu de su fundador, Thierry Hermès, un artesano que abrió su taller con el objetivo de elaborar los mejores arneses de París. Las generaciones siguientes ampliaron los productos, añadieron diseño, y dieron con la clave del éxito.


El bolso 'Birkin' de Hermès / Foto: Wen-Cheng Liu

Estos dos conceptos, "calidad artesanal" y "diseño" son los que más se repiten al conversar con el director adjunto de la firma francesa, Guillaume de Seynes, perteneciente a la sexta generación de la familia Hermès.

Los trofeos de la firma son los bolsos, como los Birkin y los Kelly, dos modelos para los que hay listas de espera que superan el año, aunque su conocida 'H' puede verse en muchos otros productos: cristalería, relojes, pañuelos de seda, porcelana o prêt-à-porter para hombre y mujer.

Asegura De Seynes, en una entrevista con Efe, que solo se han aventurado a trabajar aquellos artículos en los que tenían la seguridad de que podían ofrecer algo "original y singular". Por eso no se han lanzado al negocio de las gafas de sol o el maquillaje.

"No queremos banalizar el concepto Hèrmes. Sabemos que con poner una pequeña H en la patilla de las gafas de sol, las venderíamos como churros, pero no estaríamos aportando algo excepcional y distinto", argumenta.

En un sector donde la competencia es feroz, Hermes es un caso valioso por atípico: cotiza en bolsa, pero tres cuartas partes de la empresa está en manos de los herederos del fundador y, a diferencia de otras marcas del lujo, no tiene afán de convertirse en un grupo multimarca.

De hecho, las ofensivas del grupo LVMH -propietario del 22,28% de las acciones- para hacerse con la casa, arreciaron hace unos meses, por lo que la herederos del fundador crearon un holding con el que inmovilizan durante 20 años el 50,2 % de las acciones, y blindaron así la firma del gigante del lujo.

El director de Hermès no duda de que la firma continuará en manos de la familia para "mantener la independencia de la casa" y proseguir con la aventura que emprendió su antepasado hace casi dos siglos.

Pero el éxito de la casa francesa no está solo basado en la calidad artesanal: el diseño es otro elemento fundamental, y el responsable de convertirlo en marchamo de la marca fue Jean-Louis Dumas, de la quinta generación, que manejó el timón de la firma desde 1978 hasta 2006.

Dumas supo entender la importancia de la mercadotecnia para una empresa anclada en la tradición como Hermès: desarrolló los modelos Birkin y Kelly, asociados a dos celebridades del momento -Jane Birkin y Grace Kelly- impulsó la salida a bolsa de la empresa, y contrató a uno de los "enfant terrible" de la moda francesa Jean Paul Gaultier para dar un nuevo aire al prêt-à-porter.

"El artesano puede caer en la repetición, por eso es fundamental el creador, que aporta el reto", aduce el ejecutivo, quien rechaza la palabra lujo por "ambigua". Calidad, calidad y más calidad es lo único que sale por su boca.

Este componente, indica De Seynes, es el responsable de que las ventas hayan crecido en época de recesión: "la calidad y el diseño son dos elementos que siguen buscando los clientes en tiempos de crisis".

Una crisis que, de momento, no parece afectar a los afamados pañuelos (cerca de 310 euros), cinturones (800) o al codiciado Birkin (a partir de 6.000).

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