Hermès hace brillar la noche parisina
Hermès añadió un poco de magia, el sábado por la tarde, a la semana de la moda masculina con un desfile celebrado al aire libre en el Hôtel de l’Artillerie, un antiguo convento dominico del siglo XVII transformado posteriormente en sitio militar. Un escenario de otra época para presentar una colección otoño/invierno 2018-19 caracterizada por una elegancia atemporal, pero moderna al mismo tiempo.
Los 52 modelos vestidos por la directora artística Véronique Nichanian, desfilaron por el claustro a la luz de unos braseros, cuyas chispas se elevaban ligeramente hacia el oscuro cielo.
Esa misma ligereza, la encontramos en el armario del guarnicionero a través de parkas o chaquetas acolchadas y brillantes, fabricadas en ligero tejido impermeable, jerséis impalpables de alpaca, punto de cachemir extrafino que esboza un paisaje imaginario o camisas de popelina.
El hombre Hermès desprende una elegancia natural, la camisa rosa sobresale con dejadez bajo un jersey bicolor combinado con unos pantalones de cuero con reflejos verde oscuro. Para la noche, se atreve con un traje de lunares combinado con sencillez con un jersey de cuello vuelto. Elegancia sin exceso, donde los bellos tejidos y la comodidad juegan siempre un papel protagonista, como demuestran estos pantalones anchos de paño de lana con cintura elástica.
No hay necesidad de pavonearse. El lujo se esconde en detalles invisibles, como la vuelta de piel en los bajos de un pantalón. O en la elección de una paleta de colores sombría pero luminosa con destellos cobalto, verde óxido, frambuesa o rosa.
El trabajo de la piel, el alma de la casa, cobra más protagonismo que nunca, incluso en prendas inesperadas como esta sudadera con capucha de piel de cordero extrasuave o este otro modelo de cuello con cremallera de ante de cabra. Sin olvidar la parka con capucha de cocodrilo.
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