JW Anderson emprende un viaje surrealista

En su primer desfile masculino en París, el diseñador JW Anderson invitó a los asistentes a un viaje hacia su universo, tan dulce como surrealista, a través de su propia visión de la moda contemporánea.

En una pequeña calle perdida en el Barrio Latino de París se encuentra el antiguo taller de André Breton, el lugar elegido por Jonathan Anderson para la presentación de su colección para el invierno 2019. Y como acostumbra, el diseñador llevó el espacio más allá, hacia una expresión artística alredor de la obra del pionero de las instalaciones creativas, Paul Thek. Alfombras persas, tapices y dipujos, arena negra, grandes globos de helio a modo de mapamundis... la decoración a la orden del día.

Pese a estar anunciado como desfile masculino, Anderson no se resistió a la oportunidad de presentar un show mixto en la capital de la moda por excelencia, llegando a un número equilibrado de piezas para hombre como para mujer.

Las superposiciones fueron la clave de una colección que refleja las complejas aristas de un mundo caótico. Una actualidad marcada por las controversias del Brexit, que no tocan de lejos al diseñador originario de Irlanda del Norte. Líneas que confluyen y se superponen, contrastes de colores y numerosas capas de tejidos técnicos, que van al encuentro de estampados salvajes en los calcetines presentes en casi todos los modelos (y destinados a convertirse en hit de la colección), combinados con omnipresentes gorros de estilo capucha. Lunares, flecos y zapatos de animal print, en claro contraste de estampados.

"Tenía la impresión de no haber hecho un desfile masculino desde Florencia y Pitti. Hemos venido aquí para cambiar de aires y de temperatura. Es mucho más práctico reunir el prêt-à-porter masculino y femenino en un único showroom", explicó el vanguardista diseñador, el mismo día del lanzamiento de su nuevo modelo de Converse en su web. Fundada hace 11 años, la marca ya cuenta con 70 empleados y planea trasladar sus oficinas a un lugar más espacioso en Hoxton, en el norte de Londres.

Sobre los grandes globos, el diseñador no lo duda: "Estoy obsesionado con la obra y las ideas de Paul Thek. Para mí, la actualidad está iluminada por las pantallas de los móviles. Me encanta la visión siniestra de Thek, de ahí los globos y la arena negra. Quería crear un espacio de cultura, en un lugar decorado en cuatro días. Las cosas se presentan de forma diferente sobre un fondo negro, son más bidimensionales", concluye J.W. Anderson, justo antes de saludar a su jefe, Sidney Toledano, al frente de las marcas propiedad de LVMH. Todo parece ir bien en casa.

JW Anderson emprende un viaje surrealista

See also