Florencia - El diseñador Junichi Abe, alma mater de la firma Kolor, abandona la sobriedad contenida de los colores planos para pasarse al estampado, un lenguaje con el que el creador japonés simboliza la felicidad en una colección para un hombre urbano y amante de lo práctico.

Desconocido para el gran público e idolatrado por expertos en moda, la firma Kolor ha sido la encargada con su desfile de poner la noche del jueves el broche de oro al calendario de eventos de Pitti Uomo, la feria más importante de moda de hombre que este viernes cierra sus puertas.

Estampados de corte hawaiano, con motivos vegetales y florales, en delicados tejidos de factura japonesa han alegrado camisas con cuellos mínimos y pantalones de traje sastre que, como marca la moda, dejaban al aire tobillos.

Bermudas de pinzas que ensanchaban el diámetro de la pierna a dimensiones imposibles ha sido piezas fundamentales del desfile, unas prendas que ha construido con la oscuridad de organzas y alpacas teñidas en negro y marrones oscuros.

Con una marcada silueta oversize, las propuestas de Kolor -toda una referencia en moda en Japón- también han desfilado transformadas en gabardinas hechas en nylon de dureza extrema, que han contrastado con delicados polos o camisetas que se ajustan al cuerpo, alegradas con estampados florales en tonos pastel y rayas de tonos oscuros.

La propuesta para la primavera/verano 2014 de Junichi Abe -parte de Commes des Garçon en sus inicios-, trata de personificar la "felicidad" que siente este diseñador por haber sido elegido como diseñador invitado de honor de Pitti (Florencia), tal y como ha explicado momentos antes del desfile a un grupo de periodistas.

"No me gusta crear un tema para cada colección, prefiero expresar una emoción, en este caso quería expresar la felicidad, aunque no en el concepto habitual", ha agregado el diseñador, de carácter tranquilo y sosegado y que lleva dos años mostrando sus propuestas en la competitiva pasarela de París.

Habitualmente los desfiles de la feria de Pitti están íntimamente ligados a la esencia de Florencia -ayer Damir Doma escogía un jardín decadente y una propuesta naive-, pero el diseñador de Kolor ha dejado claro, con la honestidad y la tranquilidad propia del carácter japonés, que su propuesta no estaba diseñada "intimidada por la ciudad".

Una puesta en escena digital gracias a un juego de proyecciones del propio desfile ha sido el verdadero protagonista del evento, dejando a veces en segundo lugar prendas, con las que Abe ha dibujado sin pretensiones un viaje de ida y vuelta ente el estilo occidental y el japonés contemporáneo.

"La influencia americana está en mi, claro que sí", señala un diseñador que nació en un país fuertemente influenciado por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, pero la esencia genuina de su país de origen también reside en los materiales y el proceso de producción, "cien por cien hecho en Japón", añade.

Esta mezcla de influencias se han podido ver, por ejemplo, en una camisa estampada con motivos vegetales en fondo rosa salmón, y combinada con un pantalón gris perla satinado -que incorporaba el mismo estampado en la cintura-, a medio camino entre el práctico e informal imaginario japonés y el estilo sofisticado europeo.

Con un sólido discurso y con un excelente trabajo de los tejidos, el detalle y los patrones, el diseñador japonés trata en cada colección de reinventar sutilmente el fondo de armario masculino en clave urbana, cómoda y práctica, aunque con esta colección más alegre ha dado un pequeño giro de gramática que muchos agradecerán.

"Nunca pienso en qué supone ser una marca japonesa, lo más importante para mi es la realidad, es lo que más peso tiene en mis colecciones", ha puntualizado Abe.