La capa española baila en Pitti Uomo

Bajo los acordes flamencos de Paco de Lucía, la capa española baila en Florencia y ofrece un recital de moda contemporánea y artesanal de la mano de Sastrería 91, que inauguró la primera jornada de la 89 edición de Pitti Uomo con una "performance"con esa prenda como protagonista.

En el patio central de la feria más importante del mundo de moda masculina, Pitti Uomo, Pablo García de Oteyza y Caterina Pañeda, dúo creativo de la firma española Sastrería 91, cortaron en directo un paño negro de más de seis metros, con el que confeccionaron en poco minutos una espléndida capa española.

Primero, García de Oteyza dibujó con un jaboncillo el patrón sobre una fabuloso paño salmantino. Después lo ha cortado y, a continuación ha realizado la prueba, que ha consistido en bailarla "para que se vea el movimiento", explica a Efe Oteyza.

"La capa es un producto icónico español que se remonta a 1580, cuando Joan de Alcega, el primer sastre español, dibujó el patrón", cuenta Oteyza, que ha llevado a la feria florentina una capa ligera, casi miminalista, con soberbios tejidos que absorben la luz como si se trataran de los lienzos de Zurbarán.

"La hemos cortado a sangre, sin costuras, hemos quitado todo los ribetes y la hemos limpiado hasta conseguir una pieza moderna y contemporánea", precisa Caterina Pañeda.

Sastrería 91 es un proyecto joven pero con hondas raíces en una sastrería clásica a medida, que roza la alta costura. "La capa española nunca ha perdido su modernidad, pero hay que estar con los tiempos, por eso la hemos aligerado para que sea mayor su expresión", dice Oteyza.

Junto a la capa clásica, esta firma española que visita Pitti Uomo por tercera vez, presenta otra capa más funcional con mangas, estructura de chaqueta y abotonadura en los laterales y el frente. "Es una pieza con asimetrías y un vistoso pliegue en la espalda", detalla Pañeda.

García de Oteiza y Pañeda muestran en Florencia todo su universo creativo, que incluye atractivas chaquetas cruzadas con cuello chimenea y raya diplomática.

También han querido dar continuidad a su complemento fetiche, las coquetas pajaritas de plumas de gallina de Guinea o faisán de Tibet, que adornan inmaculadas camisas realizadas a mano.

Desde que imprimieron su particular estilo con una cuidada sastrería masculina a medida, Sastrería 91 se ha convertido en una de las firmas más deseadas de esta feria con clientes en Australia, Estados Unidos, China o Europa. "Estamos contentos en esta feria, que mima el trabajo artesanal", argumenta Oteyza.

La camisería es uno de sus fuertes es esta firma. "Cada cliente tiene su patrón personalizado y cada una de las piezas de la camisas se corta y se cose a mano", explica García de Oteyza, quien asegura que "se toman más de diez medidas de cada cliente, lo que permite modificar la pala y que el cliente esté cómodo".

La historia de Sastrería 91 comenzó hace cuatro años cuando Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda abandonaron su carreras profesionales de marketing y traducción respectivamente, para fundar una pequeña sastrería en el madrileño barrio de Chamberí.

Paul García de Oteyza es economista y sastre, y Caterina Pañeda era traductora e intérprete de inglés, alemán e italiano, pero también nieta y bisnieta de sastres. "Me apetecía diseñar, crear piezas especiales", cuenta Pañeda.

Fieles a su filosofía de sastrería, "geometría, simplicidad y movimiento", esta pareja creativa trabaja con los mejores tejidos un sastrería clásica, cada vez más deseada.