La elegancia con fuerza de las ucranianas Bevza y Di Stavnitser en París

Por:

Triana Alonso

Publicado el
7 mar. 2023

Si hay una palabra que describe a todas las marcas ucranianas, esa es la resiliencia. Obligadas a reaccionar ante la guerra que ahora cumple su primer aniversario, numerosas firmas de moda se han enfrentado al reto de combinar la supervivencia con la reinvención de sus negocios, que ahora crean sus colecciones bajo condiciones de refugio en el extranjero o con el sonido de sirenas y bombardeos en el horizonte, como describía hace tan solo unos días al final de su desfile la diseñadora Lili Litkovska.

El debut de Bevza en París

Habitual de la Semana de la Moda de Nueva York desde hace 12 temporadas, la firma ucraniana Bevza, nacida en 2006, aterrizó en París con una primera presentación íntima para acercarse a sus clientes europeos.

"Estamos en un periodo de transición. No quería hacer un desfile sino un encuentro cercano en el que poder conversar e intercambiar ideas. Tras el último año vivido en ucrania, esta colección es un diálogo entre la vida y la muerte, un reflejo del deseo de libertad en el mundo", explicó a fashionNetwork.com la fundadora y diseñadora detrás de la marca, Svitlana Bevza, sobre su primera presentación conceptual en Francia.

La cita propuso piezas de una paleta blanca y negra, destacando vestidos minimalistas con alas de plumas bordadas artesanalmente, siluetas satinadas de aperturas sugerentes o looks de sastrería estructurada.

Asentada en el centro Kiev, cerca de la Administración del Presidente, la marca retomó la actividad progresivamente 2 meses después de estallido de la guerra. "Hemos mantenido la producción en Ucrania y seguimos fabricando los prototipos en la capital. Es una forma de creer y reivindicar la calidad y el savoir-faire de tailoring que tenemos en nuestro país", continuó con orgullo la emprendedora, subrayando la buena respuesta de los trabajadores de las fábricas desde la reapertura del pasado verano que permitió "mantener los salarios y garantizar cierta estabilidad mental" para las personas que pasan mucho tiempo en refugios para protegerse de los bombardeos.

"La gente llegaba con ganas, diciendo 'no podemos quedarnos parados, necesitamos un trabajo", aseguró sobre la "mentalidad ucraniana ante la supervivencia". Una forma de seguir adelante que ha implicado una adaptación acelerada a un contexto extremo. Actualmente, la compañía emplea a 20 trabajadores.

"Muchas fábricas compraron generadores de energía, otras transfirieron la producción a lugares protegidos y, rápidamente, comenzamos a informarnos mediante Telegram para saber lo que está ocurriendo o cuáles son las amenazas. Al principio, al oír sirenas, corríamos rápidamente a protegernos en el sótano; mientras que ahora nos hemos adaptado y, cuando no hay peligro claro, seguimos trabajando", narró Svitlana Bevza sobre las extremas circunstancias. "No es que nos hayamos acostumbrado, sino que los que seguimos viviendo en Ucrania no tenemos otra opción", defendió.

Según explica la fundadora, Bevza ha experimentado un "gran apoyo" de clientes y compradores, que garantizaron la espera sin anular pedidos durante los momentos más difíciles. A día de hoy, la marca comercializa sus prendas a través de su propia tienda online o puntos de venta como The Frankie Shop o Printemps, en Francia; Selfridges o Harvey Nichols, en Reino Unido; o Bergdorf Goodman o Intermix, en Estados Unidos; además de contar con presencia en mercados como China, Emiratos Árabes, Líbano o Turquía. Asimismo, la firma está disponible online a través del canadiense Ssense o el estadounidense Moda Operandi.

"Puede parecer increíble, pero el negocio ha seguido yendo muy bien a pesar del contexto. Los resultados son muy buenos", sonrió la empresaria, quien llegó a París tras un viaje de 24h desde Ucrania pasando por Polonia.

El nacimiento de Di Stavnister

¿Lanzar una marca en pleno contexto de guerra? Lo que muchos pueden considerar una inmensa locura, para la empresaria de moda Diana Stavnister ha parecido la respuesta más lógica ante un contexto oscuro e incierto. Amante de la moda vintage y coleccionista de objetos a partir de sus viajes por el mundo, la fundadora desembarcó en París para presentar su colección debut ya disponible bajo pre-comanda.

La marca de posicionamiento premium concibe piezas minimalistas de líneas depuradas y apuesta por el carácter único de las prendas, que completa con botones o detalles joya vintage y diferentes en cada caso, así como acabados cuidados empleando el tejido de antiguos pañuelos masculinos. Por su parte, los tejidos empleados proceden de restos de stock de firmas de lujo reputadas como Armani o Valentino.

Sastrería clásica al encuentro de propuestas de vanguardia, como sugerentes escotes a la espalda, aperturas en los hombros o piezas en forma de manga abullonada que se pueden combinar con las distintas prendas, formaron parte de lo que la creativa, actualmente asentada en Ciudad del Cabo, concibe como "un armario completo y atemporal de piezas básicas e imprescindibles". Fabricadas de forma artesanal, las prendas son por ahora producidas en un taller en Polonia, que la empresaria espera trasladar a Ucrania tras la guerra.

"Me gusta vivir en un mundo bello rodeada de cosas hermosas, soy una apasionada de la estética. La comunidad que he creado alrededor de mis proyectos vintage estaba a la espera de que lanzara mi propia firma. Tenía muchas ganas de impulsar un proyecto dedicado a las mujeres ucranianas, fuertes e independientes", contó Diana Stavnister sobre el lanzamiento de su marca homónima. "Aunque nos encontremos en un momento de guerra, las mujeres quieren vestirse y sentirse bellas. Esta colección homenajea esa voluntad e intenta recordar que tiempos mejores llegarán pronto", continuó, subrayando que "Ucrania tiene esperanza y cree en seguir luchando".

Y concluyó resaltando el poder social de la moda: "Tenemos que demostrar al mundo que somos fuertes y que queremos seguir viviendo y haciendo cosas. La moda es un gran reflejo de este propósito".