La falsificación mediante IA está al centro de las denuncias en EE. UU. contra Shein
La inteligencia artificial y su capacidad para "inspirarse" en creaciones ya existentes, está generando un creciente debate en el arte y el comercio. Tres diseñadores estadounidenses han emprendido acciones legales contra Shein, cuyo algoritmo de creación habría copiado idénticamente algunos de sus diseños. Es un caso que podría sentar precedente, porque está respaldado por una ley sobre delincuencia organizada.

Los demandantes en este caso son Krista Perry, Larissa Martinez y Jay Baron. La primera vio su diseño textil "floral bloom" reproducido de forma idéntica en la oferta de Shein. También encontró su diseño de cartel "Make it Fun" en el sitio chino, de nuevo reproducido idénticamente.
Para Larissa Martínez, que dirige la marca familiar de ropa ética Miracle Eye, se trata de otro diseño, "Orange Daisies", reproducido idénticamente por Shein. Y en un modelo similar de mono. En cuanto a Jay Baron, lo que se reprodujo fue el parche de su firma, "Trying my best", que imita las insignias de los empleados estadounidenses, incluida la forma de escritura.
"Los demandantes estaban tan sorprendidos como indignados", explicó la demanda presentada por Gluck y Erikson. "¿Por qué iba a tomarse Shein la molestia de duplicar sus obras, cuando sería más fácil y claramente menos problemático limitarse a copiarlas de forma aproximativa, como hacen a menudo otras empresas del sector de la confección? Pero resulta que la copia exacta forma parte integrante del proceso de "diseño" y del ADN organizativo de Shein", detalló.

En un documento de 52 páginas al que ha tenido acceso FashionNetwork.com, los abogados enfrentan a los creadores de diseños originales con una empresa china que opera mediante una IA capaz de detectar y copiar los productos con mayores posibilidades de éxito comercial. Esto no haría sino aumentar la pérdida de ingresos de los diseñadores originales.
Para los demandantes, el problema es que este comportamiento es menos una anomalía que el propio modelo tecnoeconómico de Shein. "No hay ninguna Coco Chanel o Yves Saint Laurent detrás del imperio Shein. En su lugar, hay un misterioso genio de la tecnología, Xu Yangtian alias Chris Xu, del que no se sabe casi nada", indicó la demanda, que incluye un complejo diagrama de las diversas estructuras a través de las cuales Shein trataría, según los demandantes, de eludir las acciones judiciales ofreciendo una indemnización "por valor de un monto mínimo".
"Si el robo de propiedad intelectual y la elusión de responsabilidades por parte de Shein se ven facilitados por su estructura empresarial bizantina y la voluntad de su grupo de control de cometer delitos sistemáticos y reiterados... existe un régimen jurídico que podría proporcionar los remedios necesarios", afirmaron los abogados, señalando la Ley RICO. Dirigida contra la delincuencia organizada, esta ley permite perseguir a todos los implicados directa o indirectamente en actividades de estafa organizada.

Cuando AP se puso en contacto con Shein sobre estas denuncias, la empresa respondió que "se toma en serio todas las acusaciones de infracción y actúa con rapidez cuando los titulares de derechos de propiedad intelectual válidos presentan denuncias". Al parecer, la empresa ha gastado unos 600 000 dólares en sus actividades de lobby en Estados Unidos en los últimos meses.
Hay que decir que la marca china libra una batalla legal en varios frentes. Unas cincuenta denuncias en tres años han enfrentado a la marca con empresas como Ralph Lauren y Stüssy. Su competidor chino Temu, que ha llegado con fuerza al mercado estadounidense, también ha demandado a Shein por abuso de posición dominante, acusándola de obligar a sus proveedores a no producir piezas para Temu, lo que viola la ley antimonopolio americana. Las aduanas y los legisladores estadounidenses acusan a Shein y Temu de eludir los derechos de aduana, multiplicando los pequeños envíos para mantenerse por debajo de los umbrales fiscales.
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