La moda, una industria que no ha de quedarse al margen de la huelga feminista

Por:

Triana Alonso

Publicado el
8 mar. 2019

Si algo se le exige a día de hoy a la industria de la moda es que sea responsable. De la producción y el consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente a la dignificación de las condiciones de trabajo, la moda tiene la obligación de revisar sus modelos y proponer alternativas. Dar la espalda a la realidad no es una opción posible en este contexto, menos aún con un consumidor cada vez más concienciado con el medio que le rodea. Y la celebración de huelga feminista de este 8 de marzo pone de relieve que, al igual que con otras problemáticas, el sector de la moda también ha de hacerse preguntas… para acabar encontrando soluciones.

Por primera vez en la historia, el 8 de marzo de 2018 se convocó en España una huelga legal para convocar la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Una movilización sin precedentes, con marchas de varios cientos de miles de personas en 120 ciudades para reaccionar, entre otras cosas, a la escalofriante cifra de mujeres asesinadas por violencia machista y batirse por derechos tales como la igualdad salarial. Según un estudio de Fedea sobre los datos salariales brutos de 2014, las mujeres ganan un 12,7% menos por hora que los hombres, bajo el desempeño de tareas similares.

Una problemática de calado social que penetra en todos los sectores de actividad y a la que, por tanto, la moda no es ajena. En España, esta industria representa el 2,9% del PIB y, según el Ministerio de Trabajo, en diciembre pasado contaba con 141.539 afiliados. Por sectores, el INE identificó en el cuarto trimestre del pasado año que solo en la industria textil trabajaban 48 900 personas, de las que 22.900 eran hombres y 26.000 eran mujeres. Por su parte, la confección registró un total de 47 600 trabajadores, con 12 600 hombres y 35 100 mujeres; mientras que la industria del cuero y calzado, con 61 000 personas, fue la única que presentó más hombres que mujeres: 35 000 frente a 26 000.

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Históricamente uno de los sectores más feminizados y precarizados, la industria textil y de la moda no puede quedarse ajena a la situación de la mujer. La igualdad salarial y de oportunidades no son más que la cabeza de un iceberg, en el que también se esconde desde la presencia de mujeres en los espacios de poder y de toma de decisiones, así como el número de mujeres en los roles de dirección empresarial o creativa de las diferentes casas de moda hasta la representación del rol de la mujer a través de campañas, desfiles o incluso el estilo o el sistema de tallaje de las prendas. “We should all be feminists”, como añadió Maria Grazia Chiuri a sus camisetas como directora creativa de Dior.

Sin ir más lejos, el movimiento feminista de Madrid eligió el día antes de la huelga del 8M para llevar a cabo una performance en la madrileña Puerta del Sol al grito de “Su moda, nuestras cadenas”, en una crítica de la situación de las mujeres del sector. Por su parte, la Comisión 8 de marzo ha llamado a participar en una huelga feminista laboral, de cuidados, de consumo, estudiantil y asociativa; por lo que no solo empresas e instituciones podrían verse afectadas por los parones de trabajo, sino que el consumo en la industria también podrá verse resentido a lo largo de la jornada.