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Ana Ibáñez
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23 feb. 2018
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La noche femenina de Prada en la Semana de la Moda de Milán

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
23 feb. 2018

Miuccia Prada realizó un desfile sensacional; político, feminista, atrevido y una reflexión sobre el papel de la moda en una era cada vez más autoritaria. Su tema: el derecho de las mujeres a salir de noche y ser quién quieran ser.


Prada - Otoño-Invierno 2018 - Womenswear - Milán - © PixelFormula


Y fue una declaración muy clara de la Signora Prada de que ningún competidor va a arrebatarle el título de reina de la alta costura italiana. 
 
El desfile se celebró en la Fondazione Prada, en el edificio de ocho plantas del centro de arte, con las modelos desfilando por diferentes plantas. El espectáculo comenzó con una modelo negra luciendo un abrigo "coatdress" clásico de Prada de nailon de color negro pero en versión acolchada, y Miuccia fue inyectando progresivamente una amplia gama de colores. Primero carmesí, dorado y naranja en materiales de última tecnología convertidos en sexis vestidos con los hombros al descubierto. 

Megavestidos rosas plisados, combinados con boleros de cuadros escoceses o chaquetas de estibador sin mangas. Prácticamente todos los tejidos tenían un acabado "techy", hasta llegar a las parkas acolchadas de tonos neón. Los colores resultaron deslumbrantes, especialmente en una pasarela completamente negra con gradas descubiertas.


Prada - Otoño-Invierno 2018 - Womenswear - Milán - © PixelFormula


"El problema de mi trabajo es conseguir hacer poderosas a las mujer pero conservando el lado femenino. Siempre digo que las personas deberían ser libres de salir toda la noche y seguir siendo poderosas", explicaba Miuccia a FashionNetwork.com en un cóctel después del desfile.
 
Al final se mostraron grandes parkas deportivas y abrigos hiperprotectores,  que al mismo tiempo mantenían su feminidad, ya que cubrían vestidos confeccionados con materiales muy básicos femeninos como las lentejuelas y el tul. La mayoría de looks estaban acabados con emblemas extravagantes: monos colgados de triángulos; plátanos triples o dinosaurios en jaulas diminutas. Y en una increíble puesta en escena, estas mismas imágenes se ampliaban 100 veces en enormes carteles de neón colgados sobre vías de tren enfrente de la Fondazione Prada. 
 
"Es mi pequeña perspectiva de Las Vegas. Creo que la ropa se hace para Ios buenos momentos. Cuando hay problemas, la moda desaparece. La exposición que estamos haciendo es sobre Italia bajo el Fascismo. Durante ese régimen, el arte desapareció", explicó Prada.

Se refería a una increíble exposición de museo comisariada por Germano Celant y títulada 'Post Zang Tumb Tuuum, Art Life Politics: Italia 1918-1943', una reflexión sobre la arquitectura, el diseño, las artes gráficas, la escultura y la pintura de Italia durante el mandato de Mussolini.
 
"Me preocupa lo que la gente espera de la moda, ya que es muy común que te obligue a ir más allá de tu trabajo, ser serio política y sociológicamente y además hacer moda. Da un poco de miedio. A veces me piden que haga política, pero en mi posición de diseñadora de moda rica, no puedo ser útil. Así que me pregunto, cómo puede la moda tener voz sin ser superficial. La moda sigue estando muy mal considerada, pero no debería ser así. Se nos sigue considerando frívolos, incluso cuando intentamos ser honestos y creíbles", se lamentaba Prada.
 
Inevitablemente algo de la exposición se filtró en la colección, especialmente los intensos colores primarios de las obras de Giacomo Balla y Umberto Boccioni, que se repetían en los deslumbrantes vestidos de cóctel. Incluso las formas entalladas del los abrigos de nailon recordaban a las formas curvilíneas del gran redescubrimiento de la exposición, el escultor Adolfo Wildt, famoso por sus estatuas de mármol, su extrema suavidad y sentido del drama.


Prada - Otoño-Invierno 2018 - Womenswear - Milán - © PixelFormula


 "Mis pensamientos influyen en las decisiones de la Fondazione ya que soy yo quien la dirige, así que lo me preocupa en el arte me preocupa en la moda. Lo que siento con fuerza ahora mismo es la falta de libertad, vivimos en un régimen. En primer lugar bajo los regímenes de China y Rusia. Y de otra manera, con el miedo de ser políticamente correcto o perder tu trabajo. Así que tenemos que estar preparados para responder a la amenaza del fascismo. Los artistas tienen la sensación de estar obligados a comportarse bajo un régimen. Hay muchas normas escritas y no escritas. Gracias a Dios, no vivimos bajo el fascismo. Pero hay sutilezas del régimen, siempre hay que tener cuidado de ser políticamente correcto; el poder del dinero; el jefe; la restricción de opciones. Cuando las cosas se ponen difíciles, incluso el arte desaparece, al igual que lo hace la moda cuando las cosas van mal. La moda y el arte se crean en momentos positivos, y en los momentos oscuros se ven amenazados", opina Prada.
 
Cuando se le preguntó por el movimiento Me Too, respondió: "Llevo muchos años pensando en eso. Es hora de que intentemos que ocurra".
 
Ahora, podríamos enumerar a un montón de editores presentes en Milán esta semana dispuestos a decir, aunque de forma anónima evidentemente, que admiran mucho el éxito de Alessandro Michele en Gucci, tanto creativa como comercialmente. Ya que Michele es la nueva estrella de la moda Italiana. Sin embargo, al final de sus desfiles, esos mismos editores comentan que a pesar de la belleza excéntrica y opulenta de la colección de Michele, todos son un poco iguales.
 
Que es lo último que uno podría decir sobre este último desfile de Miuccia Prada. Nadie soñaría con algo así. En definitiva, Miuccia Prada, la gran campeona de la moda de Milán, sigue sin perder su corona.
 

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