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Lacoste regresa a sus raíces con la creación de la “Manufacturing Academy” en Troyes
La marca del cocodrilo se convierte en maestra. La empresa propiedad de Maus Frères desde 2012 puso en marcha la “Lacoste Manufacturing Academy”, una escuela interna ubicada en su histórica sede de Troyes, en la región de Aube, Francia. El objetivo es perpetuar y valorizar su saber y experiencia, hoy en día amenazados.
En este lugar, donde André Gillier fabricó las primeras camisetas polo del jugador de tenis René Lacoste en 1933, una primera clase de 29 estudiantes inició su formación en septiembre de 2016, para un total de 399 horas. La academia cubre tres oficios textiles: calcetería (operador de máquina), teñido y confección (operador).
"Ya no existen las escuelas de teñido o calcetería en Francia, ya que ya no hay trabajo en la industria textil. No obstante, tenemos que compensar el retiro de un centenar de personas para el año 2019", dijo Dominique Fiorano, responsable de recursos humanos en la planta de Lacoste. Una información colectiva fue lanzada por la marca a través de Pôle Emploi, una de las organizaciones asociadas al proyecto, para un centenar de personas en agosto pasado. Otras dos sesiones están previstas para 2017 y 2018, que permitirá contratar un total de cien nuevos empleados cualificados, a través de un contrato de formación profesional.
Los formadores y tutores fueron reclutados internamente. Dos ex empleados jubilados desde hace diez años incluso decidieron regresar a la fábrica con contratos temporales para transmitir sus conocimientos a un público compuesto por personas que buscan trabajo o que quieren cambiar de cargo. Las clases de calcetería se llevan a cabo en un edificio dedicado que reúne una muestra de máquinas, rectilíneas y circulares, que se utilizan en la planta principal.
Para Thierry Guibert, CEO de Lacoste desde 2015, la academia, que requirió de una inversión de un millón de euros, es "la culminación de dos años y medio de trabajo. Estoy seguro de que nuestra experiencia y nuestra historia no se utilizan ni se aprovechan lo suficiente. No hay duda de que en el pasado la compañía invirtió demasiado poco en su sede de Troyes. Hoy en día, no queremos perder esta ubicación natal", dijo el exdirector de Conforama, que no está cerrado a la idea de acoger en esta escuela a personas externas a la empresa.
"No teníamos otra opción que esta academia, porque la enseñanza de nuestras materias ya no existe, la población de Lacoste está envejeciendo y habíamos dejado de atraer jóvenes", dijo Thierry Guibert. "No obstante, no queremos erigirnos como un símbolo del Made in France, porque sabemos que no podemos fabricar todas nuestras piezas aquí", agregó. De hecho, la proporción de la confección 100% francesa sigue siendo minoritaria en la actividad de la marca: se trata de 600.000 unidades al año sobre un total de 30 millones producidas, o alrededor de 2%.
La sede de Troyes de Lacoste se compone de seis hectáreas, en las que emplea a casi 900 personas. La ubicación solía ser propiedad de Devanlay, licenciatario global de la marca, antes de que las dos empresas se fusionaran después de la adquisición por parte del holding suizo Maus Frères.
Lacoste también tiene otras seis plantas de producción en Francia y apoya su actividad internacional con fábricas propias en Marruecos, Rumania y Perú, así como a través de socios en Asia. La compañía, que cuenta con 10.000 empleados en todo el mundo, trabaja con algodón cultivado en los Estados Unidos y Egipto, y se abastece con hilanderos italianos y turcos.
Aunque todavía es débil, la fabricación hecha en Francia podría crecer, ya que Thierry Guibert tiene la intención de fortalecer aún más su imagen de marca francesa, especialmente en el extranjero. Esto va de la mano con un proceso de "premiumización" de la etiqueta, cuya estrategia se detalla en FashionNetwork Premium. En su año fiscal 2016, Lacoste ha superado los 2.000 millones de euros en volumen de facturación.
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