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28 jun. 2015
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Lanvin y Agnès b. defienden el valor del tiempo en la Semana de París

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EFE
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28 jun. 2015

París - Mantenerse en su tiempo, sí, pero sin caer en el frenesí de unas tendencias efímeras es lo que defendieron hoy, en la última jornada de la Semana de la Moda Masculina de París, las colecciones de primavera-verano de las francesas Lanvin y Agnès b.

Desfile de Lanvin en París


"Cuando no tienes una semana de la moda, sino un mes o una era de moda, ¿cómo hacer que la gente se acuerde de lo que presentas?", se preguntó el director artístico de Lanvin, el israelí Alber Elbaz, a la salida de su desfile en la Escuela de Bellas Artes.

Esta fue la premisa que marcó la concepción de una colección en la que "cada pieza es considerada especial", según detalló el responsable de la línea masculina, el holandés Lucas Ossendrijver.

Si los pantalones cortos se ajustaron a la pierna, aunque sin llegar a ser mallas de ciclista, las mangas se arremangaron para descubrir la capa inferior.

La relación de la vestimenta con el volumen del cuerpo imprimió dinamismo a un recital que compaginó los pantalones anchos y las americanas largas con las camisetas y camisas escotadas y las cinturas marcadas.

Ante la insistencia del traje y la sobriedad de una paleta solamente iluminada por los tonos rojizos, Ossendrijver concretó que no emulaba el armario de los "gángsters", sino de los "chicos buenos".

Entre los complementos que Lanvin propuso sobresalió el bolso bandolera semicircular que los modelos llevaron a la espalda, como si se tratase de una mochila, y las sandalias de plataforma.

Evocar un trabajo artesanal no quiere decir dejar de ser moderno, incidió Ossendrijver, quien supo definir la terminación de sus prendas aunque ello implicara dejar de forma consciente los bordes deshilachados.

"¡Conseguir captar la atención durante siete minutos (tiempo que dura el desfile) hoy en día es muy difícil!", exclamó Elbaz sobre un momento histórico en que las redes imponen rapidez y merman la paciencia del público invitado a conocer sus 44 conjuntos.

Sólo una hora después, al grito de "¡Viva Podemos!", terminó la entrevista con Efe la diseñadora francesa Agnès Troublé, cabeza y manos de la casa Agnès b. que, con más de 200 tiendas en todo el mundo, registra una facturación que ronda los 300 millones de euros anuales.

Esta multimillonaria, mecenas de artistas y comprometida con causas sociales como la lucha contra el sida o la ecología, propuso hoy un "elogio al trabajo" con una colección en que incluyó monos, trajes de ejecutivo y variantes del uniforme.

"Sabemos que la situación en Europa no es fácil, hace falta que todo el mundo se mueva, no esperar a que la solución caiga del cielo", instó Troublé, quien mostró simpatía hacia el partido de Pablo Iglesias, aunque dudó del margen de acción del que dispondría para luchar contra el desempleo.

La diseñadora denunció que otras empresas del sector textil adquieran prendas a un coste muy reducido en países donde la mano de obra es barata para posteriormente revenderla a precios elevados.

"Me niego a eso", resaltó Troublé, que aseguró recurrir a China únicamente para aprovisionarse de cachemir, lujosa fibra de la que el país es el principal productor, y consideró "heroico" fabricar el 40 por ciento de sus prendas en Francia.

Con una horquilla de precios que no desciende de los 50 euros de unas alpargatas o un sombrero, Agnès b. presentó una colección estival destinada a pervivir en el tiempo gracias a la calidad de sus materiales, según destacó.

Los llamativos amarillo limón, rojo pasión o azul celeste impregnaron de alegría una pasarela en la que también brillaron las solapas plateadas o doradas y ondearon las camisas de flores.

El diseñador japonés Rynshu también sorprendió con la paleta cromática y lo hizo gracias al rosa fucsia, que combinó con negro, blanco u otras tonalidades violáceas en conjuntos de pantalones rasgados con cremalleras.

Saint Laurent es la casa encargada de clausurar la Semana de la Moda de Masculina de París, que en esta última jornada también ha acogido a Paul Smith y Thom Browne.
 

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