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Rocío ALONSO LOPEZ
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18 mar. 2020
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Los consumidores chinos vuelven a las tiendas tras moderarse el brote de coronavirus

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Reuters API
Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
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18 mar. 2020

A medida que las tiendas cierran sus puertas en Europa y Estados Unidos, en China la fuerte caída en los nuevos casos de coronavirus ha alentado a los consumidores a volver a centros comerciales y restaurantes, en mayor parte de forma cautelosa, pero en otros casos en multitudes.


Reuters


Ayudar a que los consumidores regresen es un aflojamiento de la cuarentena y de otras restricciones de actividades comerciales y sociales. Los restaurantes que han satisfecho a las autoridades con planes para frenar el riesgo de infección ahora pueden servir a grupos de comensales y la mayoría de las tiendas han reabierto, aunque las grandes marcas como Ikea y Apple Inc tienen restricciones para las multitudes.

Después de estar encerrada en su casa durante semanas, Chen Jiayi, una estudiante universitaria de 21 años en Shanghái, dijo que fue como una bocanada de aire salir el sábado a comprar café y un pastel.

“Había mucha gente en el centro de la ciudad, era una imagen completamente diferente de finales de febrero. Incluso había colas en las tiendas de té de burbujas y galletas” aseguró.

La epidemia, que ha infectado a más de 800 000 personas en China y matado a más de 3200, ha mantenido a cientos de millones atrapados en casa desde finales de enero. Las ventas minoristas para la segunda economía más grande del mundo se redujeron en un quinto en los primeros dos meses de 2020 respecto al año anterior.

Pero los casos nuevos han caído bruscamente últimamente. El número de casos nuevos diarios en China continental cayó por debajo de 100 por primera vez el 6 de marzo y los totales diarios de esta semana han sido de alrededor de 20 o menos, casi todos siendo viajeros del extranjero.

Recuperar pronto el gasto de los consumidores chinos se considera imprescindible para la salud de la economía nacional y de las muchas personas cuyos medios de vida dependen de los sectores minoristas y de restauración.

También es clave para muchas marcas internacionales que ya han visto las ganancias del primer trimestre afectadas por el brote en China y están preparándose para la caída de ventas en los mercados occidentales.

Para algunas grandes marcas populares, la respuesta a la reapertura ha sido alentadora.

Cientos de compradores abarrotaron las tiendas de Apple en dos de las principales calles comerciales de Shanghái durante el fin de semana. Ikea, que abrió tres de sus tiendas en Pekín el 8 de marzo, tuvo un gran número de visitantes y colas al implementar nuevas reglas de distanciamiento social, por ejemplo solo cuatro personas por ascensor, informaron los medios estatales.

Y los restaurantes de hot pot en la ciudad central de Chongqing, donde gusta mucho ese plato, fueron inundados con clientes después de que se les permitiera reabrir, con tiempos de espera reportados de 6 a 8 horas, según mostraron transmisiones de televisión.


Un espíritu frágil



Dicho esto, las ganas de salir y gastar están lejos de ser fuertes y muchas tiendas todavía están bastante vacías, mientras que algunos restaurantes permanecen cerrados.

Esta semana, en el exclusivo centro comercial Jing'an Kerry Center en Shanghái, los asistentes de la tienda estaban organizando el surtido o mirando sus teléfonos en medio de una escasez de clientes. Y en el centro comercial Gemdale Plaza en Pekín, solo tres de los 10 restaurantes en su planta de arriba estaban abiertos el martes a la hora del almuerzo.

Muchos chinos dicen que siguen preocupados por la posibilidad de nuevas infecciones a medida que más personas regresan al trabajo. También son reacios a gastar mucho, preocupados por la seguridad laboral y los posibles recortes salariales a medida que la economía sigue teniendo dificultades.

“Este ha sido un momento frágil en el espíritu de los consumidores chinos con todo el miedo y las ansiedades causadas por la incertidumbre y el desbordamiento de información”, explicó Derek Deng, socio de la consultora Bain & Company en Shanghái.

Para alentar el gasto, algunas empresas se han embarcado en promociones que ofrecen descuentos o regalos a los clientes tras la reapertura. Haidilao, una popular cadena de restaurantes de hot pot, regaló bolsas de caldo de sopa y bocadillos a los comensales.

Las autoridades locales en varias provincias también están pidiendo a los funcionarios del Partido Comunista que den ejemplo gastando en alimentos y compras, y alentando a sus amigos y familiares a hacer lo mismo. Algunas provincias están entregando cupones al público para gastar en comida y libros.

Un informe de Bain predice que la recuperación del consumo posterior a la epidemia “seguirá en gran medida patrones similares” al brote del SARS en 2002-2003. El gasto en alimentos y cosméticos experimentó un rápido retorno a la normalidad, mientras que la demanda de ropa aumentó más allá de los niveles preepidémicos.

Pero cuando habrá una recuperación completa sigue sin estar claro.

“El espíritu del consumidor todavía está en proceso de regresar del pánico a la normalidad o a una nueva normalidad”, insistió Deng.

También queda por ver si la epidemia tendrá un impacto duradero en la forma en que los consumidores compran, con algunos analistas que especulan que los pedidos y entregas online se afianzarán aún más.

Emma Wang, una productora de cine de Pekín, manifestó que sale regularmente a pasear a su perro, pero no siente la necesidad de ir de compras en medio de tiempos de incertidumbre económica.

“Personalmente, no pienso ir corriendo a los centros comerciales ahora. Tengo el supermercado Hema para todos los artículos esenciales diarios entregados en mi apartamento”, apuntó, refiriéndose al servicio de compras online de Alibaba Group Holding.

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