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10 oct. 2009
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Los dermatólogos alertan sobre los riesgos de los tatuajes y los piercing

Por
EFE
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10 oct. 2009

Logroño, 10 oct (EFE).- Los dermatólogos alertan sobre los riesgos de decorar el cuerpo con tatuajes (modificaciones del color de la piel con tinta) o piercing (aberturas en el cuerpo para poner un pendiente) porque "no están exentos de peligro" y pueden provocar infecciones y enfermedades, al contrario de lo que "muchos piensan".



El presidente de la Academia Española de Dermatología, Julián Conejo-Mir, en una entrevista con EFE, asegura que los tatuajes y los piercing son un capítulo "muy importante" de las agresiones en la piel por el deseo de la persona de mejorar o cambiar su físico.

Un piercing, sostiene este catedrático de Dermatología de Sevilla, puede producir queloides (lesiones de la piel formadas por crecimientos exagerados del tejido cicatricial en el sitio de una lesión cutánea), infecciones y deformaciones de por vida.

También advierte de que "un tatuaje mal hecho puede producir dermatitis de contacto o el deseo de la persona de querer quitárselo con el tiempo y no poder porque no es tan fácil con láser", que es la técnica utilizada para ello.

Una tinta china específica para tatuajes, descubierta recientemente en Estados Unidos, puede ser "el futuro" para borrar fácilmente un tatuaje permanente expuesto a un láser, ya que "no es indeleble y permite destruir el tatuaje con un sólo disparo de láser", explica Conejo-Mir.

En España, esta tinta y el láser para aplicarla ha sido presentada por primera vez en el XXI Congreso Nacional de Dermatología, celebrado en Logroño recientemente y que ha tratado estos asuntos.

A pesar de los avances de la técnica, los dermatólogos apelan a la "prudencia" y consideran que "quien se ponga un tatuaje, sobre todo muy extenso y con colores muy diferentes, que ahí está el problema, debe saber que no es fácil de quitar y que lo va a tener de por vida", detalla este especialista.

"Hoy por hoy -añade- un tatuaje es muy costoso, va a necesitar muchas sesiones de láser (para quitarlo) y es inalcanzable en la práctica porque es muy difícil de quitar en muchas ocasiones".

Un asunto relacionado con el tatuaje y el piercing que preocupa a los dermatólogos, explica Conejo-Mir, es la dismorfofobia, una patología que "vemos mucho en nuestra consulta diaria" y de la que el cantante Michael Jackson era "un fiel exponente".

Son personas, asegura, que "no están contentas con su físico, se operan muchas veces, quizá sin hacer falta; se rellenan, se hacen tatuajes y otras agresiones pensando que su cuerpo va a mejorar el aspecto".

"Lo más terrible que les ocurre -precisa- es que no lo mejoran, sino que a veces lo empeoran, e, incluso, se convierte en una dismorfofobia".

"Aparte de la pose que tenía el cantante de cubrirse siempre -concluye Conejo-Mir-, indudablemente, tenía muchas alteraciones en la piel, que sí son consecutivas de su deseo de cambiar su fisonomía". EFE

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