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Eva Gracia Morales
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27 feb. 2018
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Marine Serre muestra en París un futurismo con alma

Traducido por
Eva Gracia Morales
Publicado el
27 feb. 2018

Han sido necesarios cinco años para que el jurado del premio LVMH elija a un ganador francés, pero, una vez que lo ha hecho, la decisión parece oportuna y especialmente inteligente.


Marine Serre - Fall-Winter2018 - Womenswear - Paris - © PixelFormula

 
Esta ha sido la opinión de la mayoría de los que han asistido esta mañana de martes al desfile de Marine Serre, la ganadora 2017 del premio más importante de la moda. Marine Serre ha titulado a su desfile ‘Manic Soul Machine’ ( Máquina frenética del alma), en referencia a las exigencias que el sistema de moda impone a todos los talentosos creadores.
 
La colección ha sido especial a diferentes niveles. Serre agrupó muchos de los looks con la etiqueta ‘FutureWear’ (‘Ropa para el futuro’) y mostró una buena serie de ideas para la vida moderna. Desde remozados equipos de caza a chaquetas vaqueras, pasando por ropa de montar a caballo actualizada y convertida en una especie de equipo de supervivencia con bolsillos para el teléfono móvil, una botella de agua, la cartera o un pintalabios.

“Cómo crear ropa de abrigo para la actualidad. Es una respuesta a la vida diaria. ¿Qué es ‘Manic Soul Machine’? Bueno, realmente es lo que yo he vivido en estos últimos seis meses y lo que es la moda a día de hoy. Un entorno frenético donde todos nosotros somos máquinas y yo solo espero conservar mi alma”, explicó una sentida Serre en el backstage entre un pequeño ejército de emocionadas modelos.

El elemento central de la colección fueron medias altísimas, leggings y camisetas ajustadas con lunas crecientes dibujadas. El mismo motivo se vio también en pendientes y enormes estampados en la ropa. Incluso su invitación electrónica mostraba a una chica con gorro de esquí en forma de media luna batiendo las  pestañas. El ambiente general que lo envolvió todo fue especialmente funcional, quizás demasiado, y desafiantemente sexy. Las chicas de Serre parecen ir incluso hasta al trabajo con garbo y estilo.
 
“Estoy mirando al futuro, pero con prendas que puedes vestir todos los días”, añadió la diseñadora.
 
Su momento más elegante y delicado fue el último tramo, cuando mostró sus bufandas recicladas a partir de piezas de seda encontradas en Rouen y Marsella. Engalanó trajes de surf y tops de gimnasio con una serie entera de coloridas bufandas que resbalaban por el cuerpo de las modelos. El resultado fue algo así como un chic híbrido perfecto para una Isadora Duncan actual que se pasa el día en el gimnasio.

Además del premio de los 300 000 euros, Serre también ganó un año de trabajo con un ejecutivo de LVMH como mentor. En el caso de Marine, su mentora fue la sabia y enérgica Sophie Brocart, vicepresidenta senior para LVMH de Fashion Ventures, quién también ha desplegado su saber hacer con J.W. Anderson y Nicholas Kirkwood. Los zapatos del segundo, unas reseñables botas de seda moiré en color violeta, añadieron al desfile la pizca exacta de lujo que necesitaba.

Lo mismo sucedió con las bufandas de seda y de estilo futbolístico a conjunto con la calle en la que tuvo lugar el desfile, pues este se celebró justo enfrente de unos retratos a tamaño gigante de las estrellas del principal equipo de la ciudad, el París St Germain, en estado de gloria.

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