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Ana Ibáñez
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20 sept. 2019
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Moschino y sus guiños al cubismo de Picasso

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
20 sept. 2019

La invitación ya tendría que habernos puesto sobre aviso: una gran paleta de pintor con un pincel gigante firmado por Moschino... Para la temporada primavera/verano 2020, la casa italiana nos sumerge en un viaje psicodélico a la España de Pablo Picasso, con música ardiente, corridas de toros y flamenco combinados con la pintura, especialmente la cubista, como hilo rojo.
 

Moschino - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - Milán - © PixelFormula


Las modelos salen de un enorme marco de cartón piedra dorado para recorrer, al ritmo constante de las castañuelas, una pasarela inmaculada como un lienzo en blanco, vestidos con ropa colorida dibujada con grandes pinceladas, con colores brillantes que salpicaban sus cabellos.
 
El artista Jeremy Scott comienza tímidamente trazando líneas inciertas y temblorosas sobre minivestidos, sobre los que dibuja flores infantiles. Antes de confiarse y entregarse de lleno a formas a veces delirantes, con una paleta explosiva y volúmenes desproporcionados. Muy pronto, la vena cubista se deja ver en estilismos con mangas asimétricas de quita y pon o en mangas gigantes abullonadas, como alas rígidas encajadas en hombros abombados, normalmente combinadas con faldas globo.

Sobre un vestido negro, uno cree reconocer, pintado con tiza blanca, un dibujo surrealista a lo Jean Cocteau, que bien podría estar firmado por Picasso. Sobre trajes sastre de color blanco, una mano hábil dibuja a lápiz el cuerpo de una mujer cubista.
 

Moschino - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - Milán - © PixelFormula


Aquí y allá se cuelan en los vestidos rostros desestructurados o manos desproporcionadas, típicas del maestro de la pintura. Hay muchas referencias a Picasso, desde el arlequín del periodo azul en un mono de rombos con lentejuelas rosas y azules, hasta el bicornio, pasando por las cabezas de toro... Sin olvidar las famosas guitarras descompuestas, que formaban la parte superior de unos minivestidos muy originales.
 
La vena kitch del diseñador nunca anda lejos. Se observa, en particular, en un bolso a modo de bote de pintura o en un vestido-marco a tamaño natural un poco difícil de llevar puesto...
 
Por no hablar de las múltiples referencias a una España de postal, donde cabe todo el folclore: el clásico vestido de flamenca rojo con lunares negros, el traje de luces de los toreros que llega a través de extravagantes trajes sastre con hombreras y bordes decorados con lentejuelas o conjuntos de chaqueta y pantalón ciclista rojo con adornos dorados.


Moschino - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - Milán - © PixelFormula

 
La muleta roja del torero se convierte en un vestido casaca de seda combinado con leotardos azules. La opulencia de la aristocracia española también está presente en los accesorios, con pulseras con efecto oro macizo y piedras preciosas incrustadas para llevar de cinco en cinco en cada brazo, o en hileras de collares dorados impresos en la parte superior oscura de un vestido principesco.
 
Como colofón, desfila una novia con velo de tul y vestido corto drapeado, decorado con un gran lazo y palomas de tela (otra referencia a Picasso) que avanza, majestuosa al ritmo del aria "el amor es un pájaro rebelde" de la ópera Carmen de Bizet.
 
Jeremy Scott firma, como es habitual, una colección fuera de ritmo, citando a Moschino (y a sí mismo) en el texto, ya que la ex directora artística Rosella Jardini se inspiró en España en la primavera de 2012, mientras que el actual director artístico ya había intentado dibujar sobre la ropa no hace mucho tiempo, en el verano de 2019...
 

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