Muestra analiza la historia y evolución del sombrero en los últimos 200 años

Bilbao, 21 may (EFE).- Una exposición organizada por La Fundación Boinas La Encartada Museoa, de Balmaseda (Vizcaya), analiza desde hasta el 31 de octubre la historia y evolución del sombrero, tanto masculino como femenino, en los últimos 200 años.

La muestra, titulada "Sombreros y sombrerería contemporánea", exhibe un total de 94 tocados, entre los cuales figuran piezas singulares como las chisteras de gala que usó el fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana, tricornios de gala y de diario usados por la Guardia Civil y por los Alabarderos Reales de Espinosa de los Monteros en el siglo XIX, y casquetes y pamelas femeninas de gala.

Según ha explicado en Bilbao la directora de dicho museo, Begoña Ibarra, en el acto de presentación de la exposición a los medios, la organización de la muestra ha contado con la colaboración de un centenario taller de sombreros del Casco Viejo bilbaíno, así como de otros museos del País Vasco, el de los Monteros del Rey y de la Policía local de Totana (Murcia), y de particulares que han cedido los tocados de su propiedad.

La directora del Museo de Balmaseda ha señalado que entre las curiosidades que se podrán conocer al visitar la muestra figuran la de que el sombrero de fieltro, muy popular a finales del XIX y principios del XX, no se generaliza hasta el siglo XIV, y que los antecedentes del sombrero moderno empiezan a finales del siglo XVIII, con la aparición de los primeros sombreros de copa, y principios del XIX, con la difusión del popular bombín.

Begoña Ibarra ha destacado también que el nombre de chistera, dado al sombrero masculino de copa alta, procede de la palabra en euskera que designa la cesta del juego de pelota del mismo nombre y los cestos de pesca cilíndricos usados por los pescadores vascos.

La muestra explica también que los "panamá" son sombreros de paja propios de Ecuador y no del país centroamericano del mismo nombre, como pudiera parecer, y que los tocados femeninos llamados pamela y fedora recibieron su nombre de los tocados que lucieron las artistas que encarnaron a estos personajes literarios en representaciones teatrales o de ópera.

Ibarra ha señalado que la exposición tiene como objetivo también servir de reconocimiento al trabajo artesano de las personas que confeccionan estas prendas, imprescindibles en el vestir de principios del siglo XX pero que cayeron en desuso a partir de la segunda mitad de dicha centuria.

Para ello, en el espacio que acoge la exposición se ha recreado una tienda-taller de sombrerería con las herramientas y útiles necesarios para la confección de las piezas, que permitirá al visitante hacerse una idea del proceso artesanal que se seguía para la elaboración de uno de estos tocados.