Fort Worth (Texas), 30 sep (EFE).- Gracias a la innovadora idea de un estilista latino, un negocio en Texas es uno de los pocos en el país que funciona como salón de belleza de día y bar de noche.

El salón-bar Esotérica está ubicado en Forth Worth y desde inauguración hace menos de cinco años se ha convertido en el punto más concurrido y exclusivo para los que saben y quieren disfrutar de lo último de la moda del vestir y del peinado en esta ciudad.

De acuerdo con Ale Bonilla, su fundador y creador, lo que lo diferencia de otros salones de belleza es que el único en Texas y de los pocos en el país que cuenta con licencia de funcionamiento para dar servicios de peluquería y al mismo tiempo para vender alcohol.

"Servimos cerveza y vino durante las horas en que funciona el salón de belleza y por las noches nos convertimos en un bar con música, vídeos y muchos tragos de diversos licores", sostuvo a Efe Bonilla, cuyos abuelos migraron de México hace varias décadas.

El salón emplea a unos 16 estilistas y según sostiene Bonilla, para conformar parte de su equipo, el empleado debe pasar primero por un periodo de prácticas que dura un año "más que nada para complementarse al estilo y formación educativa que les damos a nuestros clientes".

El local, que está acondicionado para atender a más de 20 clientes al mismo tiempo, mantiene un aspecto modernista y en él se realizan además desfiles gracias a una amplia pasarela que sirve para que los diseñadores de la región puedan exhibir sus últimos modelos.

Pero Bonilla no sólo es sinónimo de moda en Texas. Casi todas las semanas viaja a diferentes partes del país y el mundo ya sea porque tiene contratos para peinar a los modelos en un desfile exclusivo o simplemente para traer a Texas lo más recientes peinados y los "looks" que harán furor en las próximas temporadas.

"La ventaja geográfica de Texas es impresionante porque al estar ubicado en medio del país te da esa facilidad para movilizarte a las costas este y oeste", aseveró.

Otra de las principales fuentes de ingresos de Bonilla son los eventos privados que ofrece a empresas al alquilarles su local y sus servicios.

Pero la pasión de Bonilla por el estilismo data desde su infancia. A los 14 años de edad ya cobraba dos dólares a sus compañeros de escuela por cada corte que realizaba. En el 2000 empezó su carrera en una escuela especializada en cosmetología.

Bonilla no quería trabajar en cualquier salón de belleza convencional por varias razones. Una de ellas tenía que ver con el toque femenino que tienen muchos de estos negocios y según cuenta, lo suyo era buscar un ambiente más masculino, moderno y vanguardista.

"Para mí es más que un simple trabajo, es un estilo de vida", sostiene.

El modelo de negocio de Bonilla ha sido catalogado por varios especialistas del área como innovador y reformador, porque incursiona en dos ramas que muy pocos se han atrevido a hacer, como tener un salón de belleza y ser también un lugar de entretenimiento donde se sirve alcohol.

Los cortes y peinados oscilan entre los 45 dólares y los 80 dólares.

Según Bonilla, a pesar de la recesión económica, su negocio no ha experimentado pérdidas porque "cuando los tiempos no son buenos, la gente quiere lucir mejor siempre, ya sea para encontrar un trabajo o para la autoestima".

José L. Castillo