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París da el el último adiós a Lagerfeld con "Karl For Ever"
La despedida se celebró en París este jueves por la noche con un memorial único en el que se convirtió, en sus últimos días, en su segundo hogar, el Grand Palais. El tributo contó con lecturas y actuaciones de Helen Mirren, Tilda Swinton, Cara Delevingne, Pharrell Williams, Fanny Ardant y Lang Lang, intercaladas con vídeos de Karl. Una buena mezcla de frases suyas, juegos de palabras en diversos idiomas y bromas.
Todo fue proyectado en tres pantallas gigantes y Swinton fue una de las primeras en participar con una lectura de uno de los libros favoritos de Lagerfeld: "Orlando".
"La ropa nos usa, y no al revés... Cambia nuestra visión del mundo y la visión que el mundo tiene de nosotros", declaró Swinton, sintetizando a la perfección la filosofía de moda de Lagerfeld.
También fue la ocasión para que muchos diseñadores le presentaran sus respetos en persona: Silvia Venturini Fendi, Stella McCartney, Alber Elbaz, Haider Ackermann, Valentino, junto con Ralph Lauren y Tommy Hilfiger, que volaron especialmente para la ocasión.
Fendi, como muchas otras personas, recordó su falta de puntualidad. “Cuando vinimos a París para firmar su primer contrato con Fendi, Karl era un joven diseñador y aun así llegó tres horas tarde. Estaba tan acostumbrada a que llegara tarde, que de alguna manera aún espero que regrese”, confesó con tristeza, en uno de los varios comentarios de diseñadores que aparecen en el vídeo.
Los primeros comentarios del vídeo corrieron a cargo de Anna Wintour, que elogió a Karl por su éxito "no solo como diseñador, sino también como lingüista, fotógrafo, decorador de interiores, cineasta y filántropo. Fue el multitarea original, un hombre que lo hacía todo a la vez"
"Es su presencia humana lo que todos lloramos y celebramos", expresó Wintour.
La británica Cara Delevingne leyó un poema sobre gatos en inglés de la autora parisina Colette, mientras que sus palabras originales se proyectaron en francés junto a imágenes de la gran compañera de Karl, su gata Choupette. La gata birmana de pelo blanco apareció con su adiestrador.
Puede que el mayor aplauso fuese para Helen Mirren, que leyó citas de su libro 'El mundo según Karl', brillantemente acompañada por el violinista Charlie Siem.
Un vídeo mostraba a Lagerfeld discutiendo su diseño para un piano de cola, insistiendo en que debía ser negro mate y con una silla lacada en rojo. Y Robert Carson, el director de ópera que concibió el evento, consiguió dos para la ocasión. La conmovedora interpretación de Lang Lang del "Vals Nº 1 en mi bemol mayor" de Chopin hizo que brotasen las primeras lágrimas entre los asistentes.
La primera fila tuvo a ctrices y bellezas como la princesa Carolina, Charlotte Casiraghi, Carole Bouquet, Carla Bruni-Sarkozy y Claudia Schiffer. También estuvieron presentes grandes empresarios franceses: Bernard y Helene Arnault; la primera dama Brigitte Macron; Alain y Gerard Wertheimer, dueños de Chanel; el presidente de la casa, Bruno Pavlovsky; y François-Henri Pinault, CEO del grupo Kering, sentado en segunda fila, lo que se entendió como un gesto de caballerosidad.
El acto fue un proyecto conjunto de las tres casas de moda donde fue director creativo, Lagerfeld, Fendi y Chanel, por lo que había un aire de equilibrio en política empresarial. Dicho esto, fue una ocasión de emociones intensas, en la que se recordaron con cariño los grandes dones de Lagerfeld en diferentes artes: desde la moda a la arquitectura, pasando por el arte de la conversación.
Todo terminó con Pharrell Williams que puso al público de pie para su actuación ante un montaje de Karl haciendo decenas de reverencias tras desfiles épicos de las tres casas de moda, desde la Gran Muralla China hasta la Fontana di Trevi, todo el público se puso de pie para aplaudir. De pronto parecía el último adiós, el adiós final al diseñador más famoso de nuestro tiempo: el hipnótico caballero alemán, ingenioso y políglota que conquistó París y lo convirtió en su hogar.
Probablemente muchas personas entraron al Grand Palais preguntándose si realmente debería celebrarse un tributo, dada la insistencia habitual de Lagerfeld de que, después de su muerte, quería desaparecer para siempre.
Sin embargo, como Tom Sawyer, es probable que este gran gesto de respeto, estima y amor lo hubiera conmovido enormemente.
"Plenus annis abiit, plenus honoribus" (se ha ido, lleno de años y lleno de honores), como escribió Plinio.
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