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15 may. 2019
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Pierre Cardin, "el modisto más viejo", planea su relevo

Por
AFP
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Hernandez Sebastian
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15 may. 2019

“Soy el más viejo de los modistos”, resalta a sus 96 años Pierre Cardin, quien dice sentirse “joven”, aunque admite por vez primera que está planeando su relevo y que se apoya en tres diseñadores de sus talleres para seguir diseñando prendas futuristas.


Pierre Cardin - AFP


"Como ven, existo", bromea el diseñador de ojos azules tras unos lentes de montura negra, vestido con un traje, corbata y zapatillas deportivas, evocando, en una conversación informal con la AFP, recuerdos, proyectos que nunca faltan, e incluso de la crisis de los "chalecos amarillos", según él, "mal manejada".

El diseñador, quien ya está "cansado en este momento", ya no va todos los días a los talleres de la tienda de Pierre Cardin frente al Palacio del Elíseo, pero sigue diseñando "siempre, siempre, siempre".

"Es mi razón de ser, mi realidad, mi droga", sostiene. Cardin toma un lápiz y con algunos trazos seguros dibuja mangas de mariposa y, luego, un bailarín.

El modisto hasta ahora evadía las preguntas sobre el futuro de su marca, que se ha venido contrayendo en Francia, pero sigue siendo popular en Asia y Estados Unidos. Pero tres meses después de la muerte de la estrella Karl Lagerfeld, aceptó que se produjera una película biográfica sobre su vida y admite que piensa en la sucesión.

"Cuando muera, habrá sucesores, por supuesto (...) Tengo a tres jóvenes muy buenos. No quiero que repitan lo que he hecho", asegura.


Pierre Cardin no se detiene

No obstante, el diseñador, cuyo universo de licencias se extiende por el mundo entero, no ha dicho su última palabra. Actualmente, alista un desfile en mayo para sus licenciatarios en el Palacio Bulles, su residencia futurista frente a la Bahía de Cannes, y se prepara para recibir el 26 de julio a Mireille Mathieu como parte del Festival de Lacoste, que fundó en el sur de Francia.

El Museo de Brooklyn en Nueva York dedicará una retrospectiva este verano, que enfatizará su carácter vanguardista y su influencia más allá de la moda. "Todo lo que toqué, lo logré. He sido bendecido por la vida", expresa el diseñador que comanda un imperio que va desde la moda hasta el catering, incluyendo fragancias, hotelería y viajes, con presencia en 140 países.

¿La clave del éxito? "Siempre he sido independiente y libre, los otros son Arnault, Pinault", remarca, citando a los propietarios de las principales marcas de lujo, LVMH y Kering. "Estoy en mi verdad, incluso si estoy equivocado. No me equivoqué. Yo creí en Cardin", insiste.

"Tienes que ser profesional. Aprendí a hacer un ojal a mano para poder dar órdenes inteligentes", se jacta el antiguo contador que aún supervisa las cuentas de su imperio.

Los negocios no van muy bien en su tienda y su restaurante Maxim's, ubicados en el área donde manifiestan regularmente los "chalecos amarillos". "Ellos tienen sus razones, no los juzgo, los entiendo. Pero sería ridículo decir que hago parte del movimiento, no me creerían. Habría sido mejor darles 150 euros más... ¡Vean cuánto dinero hemos perdido!”, enfatiza. Sin embargo, rechaza sus exigencias de aumentar el impuesto a la riqueza. "Si no hay personas ricas, hay incluso más personas pobres", asevera.

Maryse Gaspard, la exmodelo y musa del diseñador que ahora dirige la compañía Pierre Cardin, presentó algunos diseños de estilo reconocible a la AFP: pantalones de dos colores, vestidos de escote cuadrado, chaquetas negras atemporales y futuristas decoradas con anillos de vinilo o vestidos de gala en crepé sintético para las mujeres "modernas" a quienes les gusta viajar.

En su escritorio se encuentra el modelo de un centro cultural que quiere construir, agua de manantial de Toscana en una botella que él diseñó y la revista Time de 1974 en la que aparece en la portada. El diseñador exhibe fotografías de él con Fidel Castro o Benazir Bhutto, hojeando las páginas amarillas del "Orphée" de Jean Cocteau que Christian Dior le regaló y firmó cuando dejó la marca.

"El traje Bar (prenda icónica de Dior), fui yo quien lo hizo", dice. Cardin ya no sigue más lo que hace Dior ni otras marcas. "Ya no es como antes, afortunadamente", declara.


La moda del futuro

Sin embargo, hay dos excepciones: Jean-Paul Gaultier, quien hizo su debut en Pierre Cardin, y la joven estrella Jacquemus, a cuyo desfile acudió en julio de 2018.

"Jean-Paul Gaultier tenía 17 años cuando llegó a mí marca, yo lo lancé, creí en él y todavía creo. Es el único al que haya apoyado un poco", manifesta.

"Soy púdico en mi estilo, él es bastante provocador. Es su estilo y es mucho", añade. "El talento es la personalidad, después de las primeras 10 líneas decimos que es Víctor Hugo, que es Camus, Mozart", expresa.

¿Hay cosas que aún no se han hecho? "Los vestidos pintados en el cuerpo, es algo que vendrá mañana. Si tuviera 20 o 30 años, eso es lo que desarrollaría", asegura. Cardin define la elegancia en una palabra: "sobriedad". Para las mujeres que vistió, como Jeanne Moreau, cuya vida también compartió durante cuatro años, Charlotte Rampling o Maïa Plissetskaya, "traté de resaltar lo que tenían interiorizado con sencillez".

"Tengo 20 pantalones iguales, mismo material, mismo corte; con las chaquetas es igual. Es mi estilo. Además de las zapatillas”, una prenda deportiva que ha decidido adoptar por ser algo “cómodo”.

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