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Ana Ibáñez
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1 oct. 2019
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Sarah Burton recupera la esencia de Alexander McQueen

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
1 oct. 2019

Un suelo de pino desnudo, varias columnas de madera sin barnizar y algunos paneles ondulados suspendidos del techo bastaron para que Sarah Burton devolviese Alexander McQueen a su esencia, con un decorado sencillo y una magnífica colección para la primavera de 2020.
 

Alexander McQueen - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - París - © PixelFormula


Volvemos a la esencia gótica de la casa, la sastrería británica por excelencia, su elegancia inteligente, su gloria heráldica y su feminidad fantasmagórica. Y a un taller comprometido que trabaja horas extras y en sincronía con una directora creativa para producir algo diferente y magnífico.
 
El estilismo de apertura era en realidad una reedición del vestido "Eshu" del invierno de 2000, confeccionado por primera vez por Lee McQueen en calicó y presentado de nuevo esta noche en la L'Orangerie de los Jardines de Luxemburgo. Esta vez fue elaborado con lino en color marfil, con mangas abullonadas y combinado con una magníficas botas de agua de aire medieval.

A continuación, un sexy pantalón con patas de palo de Savile Row, hecho con lino Ulster de brillo duro, de William Clark de Maghera en County Derry. Una vez más, totalmente en sintonía con las raíces celtas del fundador, incluso si Irlanda del Norte teme ser desgarrada de nuevo por Brexit.

Después llegó un fabuloso vestido de lino con escote cuadrado, cortado por un cinturón de cuero medieval lleno de energía. La modelo tenía el pelo recogido, como todas las demás, con solo un mechón cayendo en diagonal sobre la frente: una elegante sacerdotisa del siglo XXI y el peinado más memorable de esta temporada.


Alexander McQueen - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - París - © PixelFormula

 
Todo combinado con collares de oro antiguos, gargantillas trenzadas y anillos de gran tamaño con perlas en forma de gota, todo perfecto.
 
En realidad no hubo ningún estilismo que fallase en este desfile compuesto por 42 propuestas: desde vestidos bustier de cuero negro francamente impresionantes, combinados en diagonal con encaje de guipur blanco brillante, hasta el asombroso vestido de lino irlandés asimétrico con bailarinas bordadas a mano.
 
Una docena de músicos de la Orquesta Contemporánea de Londres, vestidos de McQueen, vestidos de fiesta para las damas y traje estricto para los caballeros, conducían el espectáculo con notas urgentes y vibrantes.
 
Antes de que se avivara el ritmo con fantasías de gasa de organza ultra románticas y un impresionante vestido ostra de tul, organza y jacquard, que hacía referencia a una colección anterior de Burton para McQueen. Autosostenibilidad en estado puro.


Alexander McQueen - Primavera-Verano 2020 - Womenswear - París - © PixelFormula

 
"Cada propuesta cuenta su propia historia. La conexión entre las prendas es el tiempo que se tardó en hacerlas. Me interesaban la claridad y reducir todo al máximo, volver a la esencia de las prendas, desnudar la tela. Me encanta la idea de que las personas tengan tiempo para hacer cosas juntas, tiempo para reunirse y conversar, tiempo para volver a conectar el mundo", explicaba Burton en su programa.
 
Antes de mostrar su generosidad y compartir su saludo con unos 60 miembros del equipo. Su largo paseo con una gran sonrisa antes de que cayese el telón le sirvió para ganarse aplausos, vítores y gritos de júbilo tras un momento único en la moda.

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