Tartaruga ya cuenta con 200 puntos de venta y pone el acento en el mercado español

Por:

Diana León Banda

Publicado el
28 mar. 2019

Tartaruga, la marca de ropa y accesorios gallega de estilo boho chic, cuenta ya con unos 200 puntos de ventas en locales multimarca, el 85 % de ellos en España, según confió a FashionNetwork.com su diseñadora, Patricia Chao.

“Nos encontramos en puntos de venta donde van a cuidar nuestra imagen. No queremos masificar nuestro mercado”, recalcó Chao.
La creadora de colecciones beachwear y lifestyle señaló que es importante que sus prendas se distribuyan en boutiques exclusivas que apunten a su público objetivo, personas con poder adquisitivo medio-alto.

Hace 10 años, Patricia Chao decidió dejar su trabajo como abogada para levantar su negocio propio de trajes de baño al notar que las marcas de ropa ofrecían productos muy similares entre ellos.

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“Todo era igual y muy repetitivo”, se recuerda.

Por ese motivo emprendió un viaje a Brasil donde encontró mucha inspiración, materiales diferentes y concibió patrones propios para sus creaciones, además de distribuir en un primer momento otras enseñas de ese país.

Chao descubrió el poder del bordado artesanal en América Latina, especialmente en Colombia y Perú. También privilegió el algodón en Portugal y el baño de oro de la bisutería en Brasil. Además de esos países, su producción también se extendió a España e India.
“Siempre hemos viajado para ver quien está detrás de cada colección”, afirmó.

Sin embargo, en 2016, su negocio dio un giro. Debido a los altos costos de los artesanos brasileños y al carácter ético de sus colecciones tuvo que dejar la confección de bikinis. Patricia no descarta volver a producir trajes de baño cuando estos vuelvan a ser rentables.

Actualmente, con el acento puesto en las colecciones resort, también apunta a conquistar a sus clientes durante todo el año, por lo que se puede ver en su catálogo abrigos y tejidos de punto. Para Chao, las estaciones en España no son tan marcadas, por lo que sus clientes pueden utilizar una misma blusa a lo largo de todo el año.

“Apostamos por el color y los básicos de continuidad… Nuestra esencia es el color y la artesanía”, resaltó la diseñadora.

Y es que para cada colección, Tartaruga trabaja con 7 colores exclusivos que se manejan en los tonos pasteles fluorados: aqua, Klein, petunia, lima kiwi, blanco, banana y rosa empolvado. Un sello característico que se suma a la fabricación hecha a mano junto a la escuela de diseño de Santiago de Compostela y a sus ediciones limitadas de prendas fluidas y de espíritu relajado. El proceso de creación de un artículo hasta su colocación en un punto de venta es un trabajo que dura un año al interior de la marca debido a la especial atención que se pone en cada paso.

Como parte de su estrategia de expansión local, Tartaruga asiste asiduamente a la feria Momad, aunque según reconoció su diseñadora, en esta edición el gasto medio por cliente era más bajo que en otros años.

“Estamos notando que cada vez viene menos gente a la feria. En nuestro caso, nuestra marca ha tenido una nueva imagen y una mejor ubicación para tener más público”, aseguró Chao.

“Los pedidos han bajado… Ahora los visitantes nos preguntan si hay un mínimo de compra”, agregó.

Asimismo, Chao indicó que las ventas a clientes extranjeros “no se cierran en el stand” de la feria, por lo que se requiere de “un seguimiento posterior”. Entre los países a los que llegan las creaciones de Tartaruga figuran República Checa, Italia, Francia, República Dominicana, Puerto Rico, Grecia. Para ella, Italia, Francia y Grecia.

Si bien la diseñadora prefiere no revelar sus resultados económicos, asegura que desde que se inició en el sector no ha recibido ningún tipo de ayuda financiera, aunque sí ha obtenido reconocimientos, como el Premio Nacional de Moda a la Excelencia Empresarial. Entre sus objetivos a plazo corto se encuentran el expandirse por toda España y reforzar su mercado internacional. Un sueño que se va definiendo en cada puntada y con los colores de sus colecciones.