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Rocío ALONSO LOPEZ
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7 nov. 2022
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Tom Ford, ¿un buen negocio para Kering o para Estée Lauder?

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
7 nov. 2022

Tom Ford se encuentra en el centro de toda la codicia. La marca de lujo fundada en 2005 por el diseñador homónimo está a la venta desde este verano. Además del gigante estadounidense de la cosmética Estée Lauder, el grupo de lujo francés Kering también se postula como candidato. Según diversas fuentes del mercado, la adquisición podría superar los 3000 millones de dólares. Pero, ¿cuál es el valor real de la firma estadounidense y por qué hay tanto interés?


El último desfile de Tom Ford en septiembre en Nueva York - © PixelFormula


Este precio de 3000 millones de dólares es considerado elevado por varios analistas, ya que la facturación de Tom Ford ronda los 800 millones de dólares. Sin embargo, con la llegada a la puja de Kering, revelada el jueves por el Wall Street Journal, la oferta podría incluso subir. Mientras tanto, la acción del grupo francés subía más de un 6 % a mitad de la sesión del viernes 4 de noviembre en la Bolsa de París. Ciertamente, el mercado está encantado con esta posible adquisición por parte de la galaxia dirigida por François-Henri Pinault, que podría añadir así otra marca de renombre a su portfolio, que incluye a Gucci, Balenciaga y Saint Laurent.
 
Durante mucho tiempo, el mercado ha considerado que Kering depende demasiado de Gucci. La marca genera más de la mitad de la facturación total del grupo y dos tercios de su beneficio bruto de explotación (Ebitda). En los nueve primeros meses del año, logró unas ventas de 7750 millones de euros y Kering de 15 000 millones. Sin embargo, ha entrado en una fase de ralentización durante el último año y esta dependencia podría resultar problemática si Gucci no consigue recuperar el rumbo.

Aunque la valoración parece elevada, Invest Securities considera que esta adquisición es interesante para Kering, ya que le permitiría compensar el declive de su marca estrella. La imagen del diseñador Tom Ford y su reputación internacional, así como el posicionamiento elitista de su marca, también contribuyen a hacer atractiva esta operación, aunque no vaya a suponer grandes cambios en términos de tamaño, según los analistas de RBC. En cualquier caso, la aportación de Tom Ford reforzaría el posicionamiento del grupo francés en el segmento de muy alta gama.
 
De hecho, también se plantea la cuestión del papel de Tom Ford tras la adquisición. ¿Seguirá dirigiendo su casa? Este hombre de 60 años ha dejado recientemente de ser presidente del CFDA y siempre ha tenido múltiples intereses, especialmente en el cine. Si dejara su marca, perdería interés. Para el analista de Bernstein, Luca Solca, "lo que sería un golpe maestro sería comprar la marca Tom Ford, mientras se confía en la genialidad del diseñador Tom Ford para relanzar Gucci". El regreso de Tom Ford a Gucci atraería la atención universal, aunque sólo trabaje a tiempo parcial. Jefferies está de acuerdo y dice que una colaboración entre Tom Ford y Alessandro Michele podría impulsar la firma.

Con su estilo sexy y chic, el diseñador tejano es todo lo contrario al director artístico Alessandro Michele, más conocido por su estética ecléctica y excéntrica. Pero lo cierto es que dejó su huella en la historia de la marca cuando se hizo cargo de ella de 1994 a 1999 con el dirigente Domenico De Sole. Fue su éxito lo que llevó a Kering (entonces PPR), a través del holding Artemis, a hacerse con la casa italiana en 1999, formando el grupo Gucci mediante la adquisición de Sanofi Beauté y la marca Yves Saint Laurent, cuya dirección artística fue confiada a Tom Ford, que siguió dirigiendo Gucci hasta la sonada ruptura, en 2004, entre el grupo francés y el tándem Ford-De Sole.


Tom Ford durante su último desfile, que cerró la Semana de la Moda de Nueva York - © PixelFormula


"Tom Ford es una buena marca por sí sola, pero su incorporación al grupo no cambiará la situación", afirma Luca Solca.

"No hay datos disponibles y ciertos sobre la facturación de Tom Ford, ni sobre el desglose entre ventas y licencias. Por lo tanto, es difícil decir en qué términos esta operación podría beneficiar a Kering", explica otro analista.

"Ciertamente podría ayudar al grupo a diversificarse, pero el tamaño de Tom Ford no es tan significativo, especialmente fuera de las categorías de belleza y gafas", dice.


En el momento de su lanzamiento, la casa estadounidense se desarrolló primero en torno a los accesorios, firmando acuerdos de licencia con Marcolin para las gafas y con Estée Lauder para la belleza. Según los analistas, esta licencia haría ganar al gigante estadounidense 275 millones de dólares al año. Representa la actividad más importante de la marca, que también cuenta con una gama de relojes. Las ventas de Tom Ford Beauty también han experimentado un crecimiento récord este año, especialmente en China, debido principalmente al lanzamiento de nuevas fragancias.

Adquirir la marca permitiría a Estée Lauder enriquecer su portfolio reforzando su posición en el segmento de las fragancias de lujo, que representa una categoría estratégica en el mercado de la belleza. Una operación que resulta más interesante ya que Tom Ford sigue teniendo un gran potencial de crecimiento, según los observadores financieros. El grupo de cosméticos podría quedarse sólo con el negocio de la belleza, vendiendo los demás activos, o entrar por primera vez en el mundo de la moda. En cualquier caso, Tom Ford sería la mayor adquisición de su historia.

Para Kering, esta podría ser la oportunidad adecuada para entrar por fin directamente en el segmento de la belleza, que podría desarrollarse internamente con el negocio de belleza de Gucci, una vez que expiren las respectivas licencias.

"La belleza es ciertamente un área que podríamos considerar en el futuro", dijo el director general del grupo de lujo, Jean-François Palus, en una teleconferencia con analistas este verano, considerándola como "una extensión natural de nuestras marcas".


"En cuanto a las gafas, cuando expire el contrato con Marcolin, las colecciones de Tom Ford podrían internalizarse integrándose en Kering Eyewear, lo que sería sin duda un elemento positivo", subraya un analista, que considera en cambio que "la marroquinería podría ser difícil de desarrollar".

En cuanto al prêt-à-porter, según algunas fuentes del mercado, representa alrededor del 20 % de las ventas de la marca estadounidense. Gracias a su estructura y a sus competencias, Kering podría sin duda desarrollar aún más la oferta de prêt-à-porter femenino. En cuanto a la moda masculina de Tom Ford, fue producida por el grupo Zegna hasta otoño-invierno 2022/23.

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