MÁLAGA, 28 (EUROPA PRESS) - Un joven malagueño está convirtiendo su afición en casi un trabajo y una moda. Pablo Ruano, profesor de Educación Física, también dedica parte de su tiempo a pintar zapatillas a mano con dibujos personalizados. Es lo que llama "customizar".

Vicustom

Esta actividad la comenzó a realizar este pasado verano y desde entonces ya ha pintado 42 zapatillas. Él es el mejor modelo, ya que son muchas las personas que se han fijado en sus creaciones desde que le vieron puestos algunos modelos y, poco a poco, está habiendo gente que se está interesando.

La idea, según ha indicado a Europa Press, surgió para disfrutarla "en plan personal". Sin embargo, se lo enseñó a un amigo y, posteriormente, esta actividad también se ha difundido a través de la red social Facebook y de su blog 'www.vicustomshoes.blogspot.com'.

La pintura siempre le ha atraído; de hecho, su padre es Dámaso Ruano, pintor malagueño de dilatada trayectoria profesional. A Pablo, además, le ayuda su hermana Pilar, diseñadora gráfica, en el diseño de cajas de zapatos, que empapelan con cartón y pintan también de acuerdo con el cliente, al que asesoran.

Este joven malagueño de 34 años trabaja con zapatillas Converse, Victoria o Vans y los clientes bien las pueden llevar para que él las pinte por un precio de 30 euros o bien se las encargan y Ruano las adquiere para después dibujar en ellas.

LA FUERZA DE INTERNET

Por el momento, el dibujo que más trabajo le ha costado realizar ha sido el de dos raperos americanos; y también son muchas las zapatillas "customizadas" con dibujos animados como Bob Esponja, Patricio, Calamardo, Hello Kitty, Spiderman y también diseños como una caricatura de los jugadores de baloncesto Kobe Bryant y el español Pau Gasol. "Lo que siempre dejo claro es que no son diseños míos y no comercializo, son dibujos a los que les doy un toque muy personal", ha asegurado.

Ruano ha admitido que Internet le ha sorprendido, especialmente Facebook: "mueve muchísimo y se puede dar a conocer una empresa muy bien, le permite mucho desarrollo".

Lo suyo, de momento, sigue siendo un 'hobby' al que no puede dedicar todo el día. Pablo Ruano trabaja en varios colegios como profesor de deportes y, además, es opositor. En pintar cada par de zapatillas tarda entre tres y cuatro días, a veces más en caso de que los diseños sean más complicados.

"Lo hago en plan tranquilo, no es algo rentable, es muy artesanal y mi meta no es hacerme rico con esto, sino sentirme bien con lo que hago", ha declarado. De momento, lo consigue y sus clientes están muy contentos con un producto diferenciado al resto y que llama mucho la atención.