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Carlos Díez, un veterano entre los jóvenes

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EFE
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24 feb. 2009

Madrid,24 feb (EFE).- Los jóvenes, y no tan jóvenes, han puesto su toque de diversidad en la última jornada de la 49 edición de Cibeles Madrid Fashion Week con desfiles que nada tienen que ver unos con otros, algo que después de cinco intensas jornadas, se agradece.


Foto : EFE

En esta diferencia es un artista Carlos Díez que, a pesar de que ya lleva presentadas diez colecciones en Cibeles, siempre sorprende en la pasarela y busca no reinterpretarse a si mismo.

En un juego con su apellido y con el número de ediciones que lleva participando, ha llamado a su colección "10". Formada por tres líneas claramente diferenciadas, el diseñador, que es de los que para su trabajo no recibe ningún tipo de subvención, ha apostado por un estampado de camuflaje que ha llevado a prendas unisex, con plisados en diferentes medidas y calidades, acompañadas por piezas hechas con neopreno en una combinación entre lo militar y el surf.

La segunda parte, en negro y de estilo gótico, está hecha en gabardina, polipiel y punto de algodón, y para acabar, una mirada irónica a la fiesta, el lujo y la peletería con chaquetas y pantalones de brillantes lentejuelas en negro acompañadas de grandes prendas confeccionadas con un tejido que imita a la piel, de largos pelos, que ha teñido en una amplia gama de amarillos.

Hoy ha sido un día muy barcelonés, ya que las dos colecciones de hombre vinieron de la mano de Jan iú Més y de Josep Abril. Ambas muy diferentes, la primera es en negro total, con brillos y tejidos tecnológicos, en la que, frente a unas condiciones un poco del submundo, el hombre intenta protegerse y abrigarse.

La otra, la de Josep Abril, opta por un sport muy urbano, con cálidos tejidos en gris, marino y algo verde, y acolchados en piel. Los pantalones son pitillo y tobilleros, o muy amplios y largos. Colección muy cómoda para hombres de todas las edades.

También de Barcelona viene la veterana Sita Murt que sobre la idea de "Mujer oculta" ha construido una colección que envuelve a la mujer en grandes y largas capas, forradas con lentejuelas mate, y que ha sido presentada, entre otras modelos, por Lydia Hearst bisnieta del mítico Willam Randolph Hearst.

Grandes volúmenes en las mangas, amplios trajes largos de pequeños cuerpos o con grandes escotes en la espalda, la diseñadora ha trabajado volantes asimétricos, sedas plastificadas y angoras para que parezca piel en cálidos jerséis de mangas mariposa, mientras que los abrigos son largos, con capuchas y grandes cinturones. La paleta de colores es suave con grises, azules, marrones y beige.

"Caos y orden", así ha llamado a sus propuestas Anke Schlöder que ha avanzado en su estilo, volviéndose más urbana y comercial con toques no muy habituales en ella, como la mujer de aires galácticos. Los vestidos son muy cortos, rectos en su mayoría, y muy trabajados con tiras en el escote.

En un desfile doble muy cordobés, Nicoles Vaudelet ha recreado para El caballo el mundo de los bandidos con mujeres inspiradas en el traje corto de Córdoba, así como vestidas para salir a montear, siempre muy favorecidas y ensalzando su belleza. El leitmotiv de la colección lo llevó incluso a los altos tacones realizados con hojas de machetes, mientras que Juana Martín puso una mirada en un pasado renovado, amenizado una parte con música de Los Beatles, en negro y azul antracita con toques en gris perla. Tejidos brillantes, trajes muy cortos, amplias mangas, cuellos altos y prendas confeccionadas por entero con pequeños volantes dominaron en su colección.

Anna Figuera y Macarena Ramos, de El Delgado Buil, volvieron a combinaciones aparentemente imposibles con jerséis y chaquetas cortas de lanas de mohair, angora y merino tejidas con forma de escamas, abrigos amplios con cuerdas trenzadas, al igual que en jerséis y pantalones, con osados escotes en la espalda.

Krizia Robustella puso la nota simpática al recrear con las modelos un dominical pic-nic, con divertidos mini vestidos estampados, mientras que el debutante Toni Francesc, optó por una atmósfera invernal para mostrar su experimentación con el patronaje.

María Barros rindió homenaje a la bailarina americana LoÏe Fuller, exponente del Art Nouveau con prendas pastel que contrastan con tonos eléctricos como el oro y el azul.

Para poner fin a la cita, las propuestas en piel de Miguel Marinero y de Jesús Lorenzo para Groenlandia. El primero recreó los años veinte anteriores a la gran depresión llenos de exotismo, mujeres lánguidas e inspiración oriental para una moda rica y atractiva.

Mientras que han sido muchos los diseñadores que han desfilado en esta edición que han tratado tejidos como marabú o mohair como si de piel se tratara, en la colección de Marinero son muchas las pieles tratadas como tejidos.

Jesús Lorenzo hace un uso cotidiano y funcional de la piel, que en momentos retoma su sofisticación. Llena de color, con malvas, azules, rosas, las prendas son ligeras gracias a su tratamiento tecnológico.

Mila Trenas

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